DAVAO CITY, 19 octubre 2001 (ZENIT.org).- Se ha podido establecer un primer contacto con algunos familiares de los secuestradores del padre Giuseppe Pierantoni, misionero dehoniano italiano secuestrado en su parroquia, en la isla de Mindanao, el pasado miércoles, después de celebrar la misa.
La noticia ha sido conformada por el padre Jeremiah Sheey, miembro de la misma congregación en Manila.
Según estas fuentes, el padre Pierantoni no está en las manos del grupo Abu Sayyaf, que apoya a Osama Ben Laden, como se creyó en un principio, sino en poder de elementos que giran en torno al Movimiento Islámico de Liberación Moro.
Lo ha confirmado también monseñor Zacharias Jiménez, obispo de Pagadian, diócesis donde se encuentra la parroquia del sacerdote secuestrado. «El secuestro es obra de bandidos de la zona, grupos sin ideología que buscan dinero», declaró el obispo.
El padre Sheey, declaró a una televisión de Manila que la congregación respetará la política de la Iglesia filipina de no pagar ningún rescate en estos casos. Y ha firmado un llamamiento escrito de los dehonianos en el que se dice: «Con vuestras acciones hacéis daño a muchas personas y arrojáis descrédito sobre la población filipina, tanto musulmana como cristiana, conocida por su amabilidad y hospitalidad hacia los extranjeros».
Mientras tanto, la presidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, ha anunciado que levantará la moratoria sobre la pena de muerte y ha hecho pública su intención de extenderla a los responsables de secuestros.