ESTAMBUL, 25 octubre 2001 (ZENIT.org).- Mientras los bombardeos contra Afganistán se intensifican, las preocupadas familias de los ocho cooperantes cristianos prisioneros en Kabul han podido saber que los guardias talibán trasladan a las seis mujeres y los dos hombres cada noche a un lugar diferente.
Los ocho prisioneros son llevados, según dijeron fuentes fiables, a un «bunker escondido» menos confortable que la prisión.
Según el defensor paquistaní Atif Ali Khan, que volvió a casa desde Kabul anteayer, el juicio contra los detenidos de nacionalidad alemana, australiana y estadounidense, se ha interrumpido. Los intentos del abogado por encontrarse con el juez supremo talibán Noor Mohammed Saqib fueron infructuosos.
Khan dijo a la agencia Reuters que algunos jueces le dijeron que el juicio no podía continuar regularmente a causa del caos de la guerra en el país.
Sin embargo, el abogado dijo que le fue permitido tener una larga reunión con los detenidos antes de abandonar Kabul. «Los ocho han hablado con sus familias por teléfono con permiso de las autoridades talibán –dijo a Reuters–. Estaban felices de poder hablar con sus familias».
Arrestados hace 12 semanas, los cooperantes están acusados de proselitismo cristiano. Las pruebas aportadas son un video, un CD cristiano y varias Biblias. El director alemán del grupo, Georg Taubmann, que pertenece a la organización cristiana de ayuda a refugiados «Shelter Now International», negó ante el tribunal las acusaciones.
Otros cargos que se les imputan es «no tener permiso para la realización de un proyecto infantil» y «no haber registrado sus ordenadores».
En la víspera de su tercer viaje a Kabul, el abogado declaró que confiaba en que el tribunal fuera favorable a sus clientes. En caso contrario, aunque los delitos que se les imputan están penados con la muerte para los afganos, el líder supremo Mohamed Omar indicó a principios de este año que cualquier extranjero convicto de estas actividades sería encarcelado por algunos días y luego deportado.
El abogado se mostró convencido de que el tribunal talibán no qudará influenciado por los ataques de Estados Unidos, pero admitió que la tensión en Kabul estaba «aumentando cada día debido a la intensificación de los bombardeos».
Además de Taubmann,los cristianos presos son los alemanes Katrin Jelinek, Margrit Stebner y Silke Durrkopf; los australianos Peter Bunch y Diana Thomas; y las estadounidenses Dayna Curry y Heather Mercer.
«Dios controla la situación –escribió Taubmann en un fax que le fue permitido enviar a primeros de octubre–, y a pesar de todo lo que está sucediendo, tenemos una profunda paz y hemos puesto nuestra confianza en Él».