LIMA, 30 octubre 2001 (ZENIT.org).- La hermana María Estrella del Carmen Valcárcel acaba de cumplir 80 años, pero parece una jovencita llena de anhelos para su Ayacucho.

Este martes esta religiosa española, la «Madre Covadonga», como es conocida por los más necesitados, recibió uno de los reconocimientos más prestigiosos de Perú, el Premio Esteban Campodónico Figallo, en reconocimiento al servicio de promoción y asistencia que ha realizado por la sociedad peruana.

La ceremonia, que tuvo lugar en la sede de la Escuela de Dirección de la Universidad de Piura, contó con la asistencia del doctor Ralph Coti, director de la Fundación Clover, de Nueva York, entidad encargada de administrar los fondos de estos premios, legados por el médico Esteban Campodónico Figallo (1866-1938).

En Ayacucho, esta Misionera Dominica del Rosario es conocida como «Madre Covadonga» en alusión a la virgen de sus pueblo natal, Campomanes en Asturias, donde nació en 1922. Llegó a Perú en los años cincuenta. Le tocó sufrir con el pueblo en la época del terror. Hoy lucha para sacarlo de la postración. Ha fundado Escuelas de Alfabetización y una biblioteca que atiende a unas 800 personas.

Entre sus publicaciones figuran «Situación del menor y la familia en la subregión Wari» (1992) y el Libro Informe Memoria Cotadena, una recopilación de su experiencia de 4 años como coordinadora de Trabajo por los Derechos del Niño en Ayacucho, uno de cuyos éxitos fue la fundación de los Demunas (Defensoría Municipal del Niño y el Adolescente), extendidos por varios países.

El ex presidente peruano Valentín Paniagua otorgó a la «Madre Covadonga» el 30 de mayo Orden al Mérito por Servicios Distinguidos.