MILÁN, 31 octubre 2001 (ZENIT.org–Avvenire).- El profesor Ren Yan Li, director del Departamento de Cristianismo en la Academia de Ciencias Sociales de China, confiesa que el mensaje que envió el Papa la semana pasada a su país «es un gesto que esperaba desde hace mucho tiempo».
El experto del gobierno chino en cristianismo, uno de los pocos en su país, se encuentra estos días en Italia donde ha participado como ponente en el Congreso «Iglesia católica y China contemporánea: herencia del pasado y cuestiones actuales», organizado por la Universidad Católica de Milán esta semana.
–Tras el mensaje del perdón del Papa, ¿escribirá un artículo para pedir que el Gobierno chino haga lo mismo?
–Ren Yan Li: Lo que hará el Gobierno chino es problema del Gobierno. Pero estoy seguro de que responderá del modo adecuado.
–¿Cree que la postura de su Gobierno está cambiando en relación a la Santa Sede?
–Ren Yan Li: Creo que sí. Habrá discusión dentro del Gobierno y del debate nacerá una conclusión que luego se manifestará públicamente.
–Usted no es cristiano pero desde los años sesenta se ocupa de cristianismo. ¿De dónde le viene este interés?
–Ren Yan Li: Soy hijo de revolucionarios, esto significa que en China yo tenía una posición muy privilegiada, estaba destinado a la carrera diplomática y por ello había aprendido incluso el italiano. Pero luego la Revolución Cultural cambió todo, mi condición se convirtió en problema, fuí expulsado de Pekín y enviado al campo a enseñar en una escuela media. Luego volví a Pekín con la llegada de Deng Xiaoping, pero la Revolución Cultural ha cambiado realmente la perspectiva de muchas personas.
–¿En qué sentido?
–Ren Yan Li: Los jóvenes habían sido educados en el marxismo pero lo que sucedió durante la Revolución Cultural provocó una crisis de confianza en esos valores. Muchos jóvenes comenzaron a mirar alrededor, quisieron oír qué pensaban los demás. Yo tenía colegas católicos y estaba impresionado porque se comportaban muy bien, eran diferentes de los demás, sobre todo permanecían siempre optimistas en la vida, a pesar de que sus condiciones fueran más duras que las mías. Entonces comencé a pensar: quizá la fe religiosa da algo más. Y así empecé a estudiar.
–En todos esto años, ¿el cristianismo se ha limitado a un mero interés académico?
–Ren Yan Li: Sí, ahora sin embargo todos me necesitan: el Gobierno e incluso los cristianos. Como comprenderá, en China son poquísimas las personas que han estudiado de verdad el cristianismo. Cuando los miembros del Gobierno necesitan comprender algo de los cristianos me tienen que preguntar a mí. Porque yo he estudiado a fondo el Concilio Vaticano II y en China no hay muchas cosas que expliquen el Concilio. Así que he tenido muchos cursos en seminarios e iglesias para explicarlo.
–¿Y el Gobierno no dice nada?
–Ren Yan Li: Mi objetivo no es hacer propaganda de la religión sino hacerla comprender, eliminar prejuicios que causan incomprensión. Por esto incluso el Gobierno aprecia mi trabajo. Hoy hay un clima de apertura que lo permite.
–Y sin embargo todavía se persigue a los cristianos en China.
–Ren Yan Li: No es así. Es verdad, hay sacerdotes arrestados pero no por motivos religiosos sino políticos. Si el Gobierno quisiera arrestar a los cristianos en cuanto tales habría millones de personas en la cárcel. En cambio no, sólo pocos son arrestados. Porque según el juicio del Gobierno estos creyentes han realizado contactos equivocados o han usado canales ilegales. El fin, como para todo Gobierno, es el control social, y el modo chino de realizarlo es arrestar a quienes escapan a este control.
–Pero hay directivas recientes del Partido en las que se invita a apoyar a la Iglesia patriótica reprimiendo duramente a la clandestina.
–Ren Yan Li: Esto confirma lo que le he dicho. La religión es admitida, se persigue sólo a quien quiere evitar el control social y la Iglesia clandestina esta fuera de control, es una cuestión política.