CIUDAD DEL VATICANO, 10 febrero 2002 (ZENIT.org).- Con los ojos de la fe, la enfermedad y la misma muerte están abiertas a la vida, aseguró Juan Pablo II este domingo, víspera de la Jornada Mundial del Enfermo.
«El creyente sabe que puede contar con la potencia de Dios creador, de Cristo resucitado, y del Espíritu vivificador», afirmó el Santo Padre antes de rezar desde la ventana de su biblioteca la oración mariana del Angelus, junto a miles de peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Las celebraciones de la Jornada Mundial del Enfermo, que culminarán este lunes, tienen este año por foco central el Santuario de la «Virgen de la Salud» de Vailankanny (sur de India), conocido como «Lourdes de Oriente».
El santuario es visitado todos los años por veinte millones de peregrinos. Si bien, surgió en torno a testimonios de apariciones de la Virgen María, las curaciones que en el lugar se han realizado hacen que sus visitantes más numerosos sean hindúes y musulmanes.
Por este motivo, el Santo Padre añadió este domingo: «Confiamos a la celestial protección de la Madre de Dios también a las personas de religión hindú o de otras religiones que con gusto se dirigen a aquel santuario cristiano».
Será la décima Jornada Mundial del Enfermo. La fecha escogida por el mismo Papa recuerda las apariciones de la Virgen a santa Bernadette en la gruta de Lourdes, el 11 de febrero de 1854.
En su saludo a los peregrinos, el pontífice recordó que el lema de las celebraciones del año 2002 son las palabras de Jesús recogidas por el evangelista Juan «Para que tengan vida y la tengan en abundancia».
«Recuerdan la perspectiva de fondo de la fe cristiana, que también en la experiencia de la enfermedad y de la misma muerte, está siempre abierta a la vida», aclaró.
«Esta perspectiva –explicó el obispo de Roma– da sentido al compromiso de cuantos se dedican con amor de diferentes maneras a los enfermos y a los que sufren: los médicos, los enfermeros, los investigadores, los farmacéuticos, los voluntarios».
Por último, dirigió un pensamiento particular y su cercanía a los enfermos de todo el mundo. «El sufrimiento humano ha sido asumido por Cristo y es parte integrante de su misterio de salvación», les recordó.
«Uniéndose con fe y amor a la pasión de Cristo, la persona que sufre participa en su lucha victoriosa sobre el mal y sobre la muerte, como demuestra el testimonio de los santos», concluyó.
El Papa Wojtyla se unirá a las celebraciones centrales de India encontrándose en la Basílica de San Pedro del Vaticano en la tarde de este lunes con peregrinos enfermos, agentes sanitarios, y asociaciones de voluntariado.
