En las dos últimas semanas, el arzobispo Ncube han sido demonizado por el «Chronicle», dirigido por el Estado, debido a su denuncia de los errores del Gobierno.
El Consejo, que describe al arzobispo como un «buen pastor» aprecia todo el apoyo que pueda obtener por parte de líderes y personas de diferentes religiones e incluye a los obispos sudafricanos.
El Consejo alude con ansiedad al reciente despliegue de milicias en la zona de la diócesis de Bulawayo, recordando lo sucedido en Gukurahundi (en la región de Matabeleland, al sur de Zimbabwe, hace unos 14 años, cuando comandos apoyados por el Gobierno asesinaron o mutilaron a 20.000 personas de lengua ndebele y produjeron miles de refugiados sin casa).
El Consejo Pastoral de Bulawayo agradece a los obispos su declaración sobre aquellos sucesos, y afirma que la falta de apoyo a su «pastor» podría ser malentendida por los enemigos de la Iglesia como un signo de debilidad.