CIUDAD DEL VATICANO, 4 marzo 2002 (ZENIT.org).- La Santa Sede acogió este lunes con «satisfacción» la decisión del Gobierno de Israel de este domingo de detener definitivamente las obras de construcción de la polémica mezquita de Nazaret.
Joaquín Navarro-Valls, portavoz vaticano, publicó un comunicado de prensa en el que considera que con esta medida el ejecutivo restablece «la legalidad, el respeto por los Santos Lugares, y la consideración de las respectivas comunidades de creyentes».
El deseo de la Santa Sede, según el director de su Oficina de Información, es que «la tradicional convivencia armoniosa entre musulmanes y cristianos en Nazaret, puesta en peligro por una iniciativa provocadora, se reanude con la contribución de las Autoridades y de toda la población».
Según Navarro-Valls, «es fácil comprender que no se trata de una decisión contra los musulmanes, cuyas autoridades religiosas y políticas –en la región y en el mundo– se habían expresado en su mayoría contra un proyecto que hería la sensibilidad del mundo cristiano y de los peregrinos».
El mismo Yasser Arafat, líder de la Autoridad Nacional Palestina, se había opuesto públicamente al proyecto.
El gobierno de Israel acogió este domingo las conclusiones de una comisión interministerial, dirigida por el ministro Nathan Chtcharansky, que se mostró favorable por cinco votos contra uno a paralizar definitivamente las obras, y a proponer siete lugares alternativos para la construcción de la mezquita.