PARÍS, 15 julio 2002 (ZENIT.org).- Las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) han inventado una nueva manera de evangelizar a los jóvenes, reconoce el presidente de la Comisión Episcopal Francesa para la Infancia y la Juventud.
Monseñor Claude Schockert, obispo de Belfort-Montbéliard, lo afirma así en una carta en la que anuncia la salida hacia Toronto de más de ocho mil jóvenes franceses, acompañados de 38 obispos, para participar en el encuentro que tendrá lugar del 23 al 28 de julio.
«Las JMJ han inventado desde hace casi 20 años una manera nueva de anunciar la fe a los jóvenes. Son el punto culminante de un trabajo constante y regular», reconoce el prelado en una carta escrita con este motivo (Cf. http://www.cef.fr.
En estos días, constata el obispo, las JMJ han puesto de manifiesto «un deseo de aprender y de conocer «la gramática de la fe», en particular, durante las catequesis».
«El precedente trabajo discreto del tejido eclesial (diócesis, parroquias, movimientos, comunidades, etc.) ha hecho posible este acontecimiento», reconoce, y explica que «las JMJ permiten a los jóvenes ocupar su lugar en la Iglesia».
«Han contribuido a dar a los jóvenes cristianos un cierto orgullo de ser reconocidos como tales, y quizá a algunos el orgullo de ser simplemente jóvenes –sigue diciendo–. En una situación de minoría y frente a una corriente más profunda que tiende a romper o a disolver los sentimientos de pertenencia, este sentimiento, aunque frágil, es positivo».
Y refiriéndose en particular a la situación francesa, que en 1997 acogió las JMJ de París, el obispo concluye: «La celebración serena de las JMJ ha creado conciencia, en un contexto de laicidad menos tenso, del impacto que la Iglesia puede ofrecer de servicio público en la construcción de una sociedad más abierta a los jóvenes».