El pontífice, que había dado signos de cansancio al final de la canonización del Hermano Pedro de San José de Betancur, primer santo centroamericano, sorprendió en la tarde al subir por su propio pie las escaleras del avión.
«Que Dios bendiga a Guatemala y a todos los guatemaltecos. Adiós», dijo el obispo de Roma en la breve ceremonia, en la que participó el presidente de Guatemala, Alfonso Portillo.