La AIC fue fundada por San Vicente de Paul, en 1617 en Francia, y cuenta, en la actualidad, con más de 250.000 miembros, repartidos por los cuatro continentes.

Constituye una red mundial de lucha contra la pobreza, la injusticia y la exclusión social, que tiene como fundamento, los valores éticos y cristianos.

Posee estatuto consultivo y representante, en la Unesco, en el Ecosoc (Naciones Unidas), en el Consejo de Europa, colaborando, además, en varios Consejos Pontificios de la Santa Sede.

En esta ocasión los voluntarios de la AIC se reunirán en Niza (Francia) para reflexionar sobre la importancia que tiene el que cada voluntario se sienta co-responsable junto con los demás, en la construcción de un mundo más justo e igualitario. Para ello, se trabajará en el tema de la transformación personal, institucional y social, como elementos indespensables para combatir los diferentes tipos de pobreza.