CIUDAD DEL VATICANO, 17 octubre 2002 (ZENIT.org).- Juan Pablo II han desmentido de manera clara los rumores de prensa esparcidos en los últimos mes, según los cuales, podría renunciar a su servicio en el ministerio del obispo de Roma.
Tras dar gracias a Dios «por los 24 años de mi servicio a la Iglesia en la Sede de Pedro», el Papa explicó este miércoles a los peregrinos reunidos en la plaza de San Pedro que «en este día particular, pongo nuevamente en las manos de la Madre de Dios la vida de la Iglesia y la vida tan convulsionada de la humanidad».
«A ella le confío también mi futuro. Pongo todo en sus manos para que con amor de madre lo presente a su Hijo», afirmó (Zenit, 16 de octubre de 2002).
Ya en 1985 un libro francés –«Vida cotidiana en el Vaticano bajo Juan Pablo II»– afrontaba por la primera vez la posibilidad de renuncia del Papa. La Sala de Prensa de la Santa Sede no se tomó ni siquiera la molestia de desmentirlas.
Entre 1992 y 1995, con motivo de varias operaciones del Papa y del cumplimiento de sus 75 años (edad en la que los obispos del mundo presentan su renuncia), nuevos rumores fueron recogidos por la prensa.
De hecho, la primera vez que Juan Pablo II intervino sobre el argumento fue ese año, el 17 de mayo de 1995: «Ante todo –dijo–, renuevo ante Cristo el ofrecimiento de mi disponibilidad para servir a la Iglesia mientras él quiera, abandonándome completamente a su santa voluntad. Le dejo a él la decisión sobre el cuándo y el cómo querrá aliviarme de este servicio».
Desde entonces, el Papa ha repetido públicamente esta posición en varias ocasiones, por ejemplo, el mes de mayo pasado o en su viaje a Polonia. En vísperas de ese acontecimiento, periódicos de Alemania y Francia habían dicho que el Papa renunciaría y se retiraría en un monasterio.