Moscú, piedra en el camino del diálogo entre católicos y ortodoxos

Habla el teólogo ortodoxo Olivier Clement

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ROMA, 20 octubre 2002 (ZENIT.orgFides).- Olivier Clément, pensador ortodoxo, teólogo y filósofo francés, reflexiona en esta entrevista sobre la relaciones entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas, que en este mes de octubre han experimentado un nuevo impulso con la visita del patriarca ortodoxo de Rumanía Teoctist al Vaticano.

–Según usted, ¿cómo va el diálogo entre católicos y ortodoxos?

–Clement: No hay grandes avances, pesa principalmente el rechazo de Moscú; pero se reciben buenas señales de los Balcanes y de Medio oriente (en Antioquía o en Siria y en Siria-Líbano). Rusia mantiene una posición de completa cerrazón. Los viajes de Juan Pablo II han abierto algunas puertas, en particular, las de Rumanía y Grecia.

–Dejando a un lado la cuestión rusa, ¿existen esperanzas de resultados concretos en breve tiempo? ¿Qué riesgos se correrían en caso contrario?

–Clement: Eso es algo que habría que preguntarles a los responsables de ambas partes. Por el momento yo no las veo. Existen resultados concretos en lo que se refiere al cambio de mentalidad en Grecia por ejemplo, y además existe la posibilidad de que se reanuden los trabajos de la gran Comisión Teológica Mixta católico-ortodoxa; eso sí que podría suceder, pero nada más.

En la actualidad, el fracaso concierne fundamentalmente a Rusia, pero también hay otras Iglesias que continúan cerradas al diálogo; la serbia por ejemplo. La iglesia de Georgia abandonó hace tiempo el Consejo Ecuménico de las Iglesias. Esta iglesia, empujada por los monjes (no por sus dirigentes) se ha cerrado a todos. Son precisamente los monjes, con su fanatismo, los que están impidiendo cualquier apertura: custodian el tesoro de la fe y no necesitan ni tocar ni cambiar nada. Eso es todo.

–¿Podemos decir que Rusia ya no es un monolito como antes, y que los ortodoxos, aunque exista un núcleo fuerte más cerrado, no están tan unidos?

–Clement: Sí, se puede decir así. Existe ciertamente una corriente que camina hacia la apertura, pero se trata de una corriente minoritaria. Pienso por ejemplo en el padre Alexandre Men, que fue asesinado en el año 1990: ha dejado una asociación que cuenta con muchos amigos también muy abiertos.

–¿Tienen la posibilidad de hacerse oír?

–Clement: No tienen muchas posibilidades de hacerse oír dentro de la Iglesia. Son personas que actúan principalmente en las raíces de la Iglesia.

¿Existen otros grupos como el del padre Men?

–Clement: Sí, hay personalidades que cuentan con seguidores, personas como el padre Godchetkov, que es un hombre notable, pero que está encontrando grandes dificultades. Ha creado una asociación que hace un buen trabajo, pero con un campo de acción limitado.

–¿Cómo se podría promover la reconciliación entre el mundo ortodoxo y católico?

–Clement: Creo que será necesario llegar a gestos que recuperen y aseguren la sensibilidad ortodoxa rusa, sobre todo porque con otros países las relaciones continúan normalmente. El paso fundamental deberían ser gestos a favor de la Iglesia ortodoxa rusa.

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ZENIT Staff

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