VIENA, 5 noviembre 2002 (ZENIT.org).- El compromiso por la defensa de la vida es una obligación directamente evangélica, según el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena.
Al intervenir el 2 de noviembre en un encuentro de beneficencia a favor de madres embarazadas con problemas, el purpurado aseguró que «para todo cristiano el compromiso por la defensa de la vida, unido a la ayuda concreta, es una obligación que surge del Evangelio».
Recordando que «en Austria y en muchos países la ley reconoce actualmente al niño no nacido derechos patrimoniales, pero no el derecho a la vida», Schönborn abogó por la «cultura completa de la vida», propuesta por Juan Pablo II en la encíclica «Evangelium vitae».
«En la base de esta cultura –aclaró– se encuentra la manifestación de la maravilla y del reconocimiento provocado por la vida, recibida como don».
Entre los «signos de esperanza» que experimenta ahora esta cultura, Schönborn citó los centros de consulta que ofrecen ayuda a las mujeres embarazadas y a las jóvenes madres en dificultad, los progresos en el campo médico, así como «los movimientos comprometidos en la defensa del derecho a la vida de los niños no nacidos, contra la tortura y la pena de muerte, y por el ambiente y su protección».
«El servicio a favor de la vida es el verdadero amor al prójimo», afirmó el cardenal austríaco, quien confirmó que en este contexto «es importante concebir la propia vida y la existencia de todos».
