Con este nombramiento queda provista la sede episcopal castrense que estuvo vacante poco más de 14 meses, tras la muerte de monseñor Norberto Eugenio Martina, ocurrida el 28 de agosto de 2001. Desde entonces estaba al frente del Ordinariato militar, como administrador apostólico, el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires.
Monseñor Antonio Juan Baseotto nació en la ciudad de Buenos Aires de padres italianos, el 4 de abril de 1932.
Terminados sus estudios primarios, en 1946 ingresó en la congregación de los padres redentoristas, en cuyo Instituto San Alfonso, de Bella Vista, provincia de Buenos Aires, cursó los estudios humanísticos, y los filosóficos y teológicos en el Instituto de Estudios Superiores San Alfonso, de Villa Allende, Córdoba.
Fue ordenado sacerdote en Córdoba el 6 de abril de 1957. Es doctor en Ciencias Naturales. De 1964 a 1972 fue sucesivamente profesor, director espiritual y Rector del Instituto San Alfonso de Bella Vista.
Durante muchos años ejerció los cargos de secretario-canciller, luego vicario general y delegado de pastoral de la diócesis de Añatuya, hasta que el 1º de febrero de 1991 Juan Pablo II lo nombró obispo coadjutor de monseñor Jorge Gottau, obispo de Añatuya.
El 27 de abril de 1991 recibió la consagración episcopal en la catedral Nuestra Señora del Valle, de Añatuya, de manos de monseñor Gottau, de monseñor Manuel Guirao, obispo de Santiago del Estero, y de monseñor Ubaldo Calabresi, nuncio apostólico.
Al renunciar monseñor Gottau, por motivos de edad, el 21 de diciembre de 1992 monseñor Baseotto asumió por sucesión el gobierno pastoral de la diócesis de Añatuya, donde continuó, con gran espíritu apostólico, la labor abnegada de su antecesor en favor de la promoción espiritual y material de la población, en uno de los lugares más pobres de la Argentina.
El Ordinariato Castrense
La atención sacerdotal de los militares en el territorio nacional, provista por la Santa Sede, encuentra sus lejanos orígenes en el Patriarca de las Indias Occidentales en cuanto capellán mayor o vicario de los ejércitos del Reino de España, hasta el período de la independencia en 1810.
Desde allí, por medio de la Vicaría General de Ejército, la Iglesia veló ininterrumpidamente por estos fieles, hasta la creación por la Santa Sede del Vicariato Castrense, establecido por el Acuerdo entre la Nación Argentina y la Santa Sede “Sobre jurisdicción castrense y asistencia religiosa a las fuerzas armadas” el 28 de junio de 1957, ratificado por el gobierno nacional el 5 de julio de 1957, y erigido oficialmente por el Sumo Pontífice el 8 de julio de ese mismo año.
El 21 de abril de 1992, mediante notas reversales entre la Santa Sede y el gobierno argentino, se actualizó y modificó el citado Acuerdo de 1957 a la luz de los principios establecidos por el Concilio Vaticano II; en consonancia con el Acuerdo del 10 de octubre de 1966, sobre la situación jurídica de la Iglesia Católica en la Argentina; de acuerdo con el nuevo Código de Derecho Canónico promulgado el 25 de enero de 1983; y en conformidad con la Constitución Apostólica “Spirituali Militum Curae” promulgada el 21 de abril de 1986, que creó y reglamentó los Ordinariatos Castrenses y los equiparó a los Obispados.
El Ordinariato Castrense de la Argentina, que por autorización de la Santa Sede se denomina Obispado Castrense de la Argentina, tiene como misión la evangelización en el ámbito de su jurisdicción, mediante la específica y cualificada atención docente, sacramental y pastoral de los fieles que le han sido confiados.
Estos fieles son, además del clero propio y el agregado, todos los fieles militares y civiles que pertenecen al Ejército, a la Armada, a la Fuerza Aérea, a la Gendarmería Nacional y a la Prefectura Naval Argentina, y el personal de los Ministerios de los que dependen.
Además, todos los miembros de sus familias, es decir, esposos e hijos, incluidos aquellos que, emancipados, vivan en la misma casa; así como los empleados domésticos que vivan en la misma casa.
También están comprendidos dentro del área pastoral del Obispado Castrense los laicos o religiosos que prestan servicios en forma estable en institutos de formación y centros hospitalarios militares y los militares extranjeros presentes en el territorio nacional, durante el tiempo en el que prestan servicio.
La sede de la Curia castrense está en Comodoro Py 1925 (Retiro), al lado de la catedral castrense Stella Maris (Estrella del Mar).
Ordinariatos castrenses en el mundo
Además de la Argentina, otros 33 países en el mundo cuentan con un obispo para la atención espiritual de los fieles católicos de las Fuerzas Armadas.
En América: Bolivia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, Paraguay, Perú, República Dominicana, Estados Unidos y Venezuela.
En Europa: Alemania, Austria, Bélgica, Croacia, España, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, Italia, Lituania, Polonia y Portugal.
En otros continentes: Australia, Corea, Filipinas, Indonesia, Kenya, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Uganda.