En una entrevista concedida a la última edición del mensual «30 días» responde a la hipótesis que presentan algunos de un próximo Papa negro. «Es algo que se repite con frecuencia últimamente. Obviamente toda pretensión africana sería una tontería», afirma.
Después de haber presentado al Papa la renuncia como decano del Colegio de cardenales, comenta la norma que impide a los purpurados participar en un cónclave tras cumplir los 80 años: «Es una regla sabia. En cierto sentido una bendición».
De hecho, afirma, «el que haya un límite de edad cierto para todos es una garantía».
Respondiendo a las críticas que en ocasiones se dirigen a la Curia romana, aclara: «con frecuencia son injustificadas, formuladas por quien no conoce el trabajo, la entrega, la humildad de quien trabaja en los organismos romanos».
El cardenal decano preside el Colegio cardenalicio, pero no tiene potestad alguna sobre los demás Cardenales, sino que se les considera como primero entre sus iguales.
El nuevo decano del Colegio cardenalicio será elegido por los cardenales que pertenecen al orden de los obispos (los otros dos órdenes son el de los presbiterios y los diáconos).