Esta tarde, invitada por el abad de Montserrat (Barcelona) dictó una conferencia sobre la comunión entre los antiguos y nuevos carismas de la Iglesia.
La visita de Lubich a España ha creado expectación entre amplios sectores de la Iglesia. Así, el arzobispo de Barcelona, monseñor Ricard María Carles, le ha pedido que hable el próximo sábado a los jóvenes de su diócesis sobre la vocación. El cardenal Antonio María Rouco, arzobispo de Madrid, también le ha pedido que tenga un coloquio con los seminaristas madrileños el viernes 6 de diciembre.
Lubich, premio UNESCO «Educación por la Paz» de 1996, visitará mañana el Parlamento catalán, invitada por el presidente de la Cámara, Joan Rigol i Roig, y pronunciará un discurso ante un grupo de políticos catalanes. Los encuentros con representantes de la vida política española no acabarán aquí. El próximo martes día 3 de diciembre, Lubich pronunciará en la Oficina del Parlamento Europeo en España, en Madrid, la conferencia de clausura de un seminario organizado por el Movimiento Europeo.
50.000 focolares
En España hay cerca de 50.000 focolares, entre miembros y simpatizantes. Lubich espera encontrarse con ellos en las distintas etapas de su viaje, especialmente en la concentración que tendrá lugar el domingo 8 de diciembre en la plaza de toros de Leganés (Madrid). En el evento se celebrará una misa a la que se calcula que acudirán 3.000 personas y que será retransmitida por La 2 de TVE.
De hecho, ésta es la primera visita oficial que realiza Chiara Lubich a sus comunidades en España. En nuestro país estuvo anteriormente, en 1989, en la Jornada Mundial de la Juventud de Santiago de Compostela, invitada por Juan Pablo II, pero nunca había acudido a España a visitar a los miembros de su movimiento. En nuestro país, los focolares cuentan con centros en Madrid, Barcelona, Pontevedra, Valencia, Bilbao, Sevilla, Gerona y Granada.
Lubich también se encontrará con un grupo de obispos españoles –alrededor de diez, según los organizadores del viaje–, ante quienes expondrá la aportación que los nuevos movimientos de la Iglesia pueden dispensar a la Iglesia.