El Papa beatificará a Dolores Sopeña, evangelizadora de los necesitados

MADRID, 18 marzo 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II elevará a los altares el próximo domingo en Roma a la almeriense Dolores Rodríguez Sopeña, evangelizadora de los más necesitados, según ha confirmado un comunicado de la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice.

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Dolores Rodríguez Sopeña nació en Vélez Rubio (Almería) el 30 de diciembre de 1848, y era la cuarta de siete hermanos.

Cuando tiene 17 años, se traslada con su familia a Almería y allí tiene sus primeras experiencias apostólicas: atiende, material y espiritualmente, a dos hermanas enfermas de tifus y a un leproso, todo ello a escondidas por miedo a que se lo prohibiesen sus padres. También visita a los pobres de la Conferencia de Paúl con su madre.

Tres años más tarde, su padre es trasladado a la Audiencia de Puerto Rico, donde viaja con uno de sus hijos mientras el resto de la familia se instala en Madrid. En la capital, elige un director espiritual y colabora enseñando catecismo en la cárcel de mujeres, en el hospital de la Princesa y en las Escuelas Dominicales.

En 1872, la familia se reúne en Puerto Rico. Dolores tiene 23 años y permanecerá en América hasta los 28. Empieza su contacto con los jesuitas. Funda la Asociación de Hijas de María y Escuelas para las personas de color donde se enseña cultura y catecismo.

Marchó a Cuba, y pidió la admisión en las Hermanas de la Caridad, pero no lo consigue por su falta de vista. Comenzó a trabajar en los barrios marginales, y funda lo que ella denomina «Centros de Instrucción», que eran escuelas donde se enseñaba a leer, escribir, hacer cuentas y a conocer a Dios. Para esta obra consigue muchas colaboradoras y logra fundar Centros en tres barrios distintos.

Ya en Madrid y por indicación de su director, ingresa en el convento de las Salesas, pese a que nunca se había planteado una vida enteramente contemplativa. A los diez días deja el convento, y se dedica con más intensidad al apostolado.

Por indicación del obispo de Madrid, monseñor Ciriaco Sancha, en 1892 funda una asociación seglar: el «Apostolado del Sagrado Corazón de Jesús y San Ignacio de Loyola», y al año siguiente recibe la aprobación civil. En poco tiempo, la Obra se extiende en 8 barrios marginales de la capital.

En sólo cuatro años realizó 199 viajes para establecer y consolidar centros por toda la Península. En el año 1900 participa en una peregrinación a Roma por el Año Santo. Hace un día de retiro en el sepulcro de San Pedro y allí recibe la confirmación de fundar un Instituto Religioso que diera continuidad a la Obra de las Doctrinas y que ayudará a sostener espiritualmente a la Asociación laical.

El 10 de enero de 1918, Dolores Sopeña muere en Madrid. En 1980, después de un largo proceso, Juan Pablo II introdujo su causa de beatificación, y el 11 de julio de 1992 se reconoció la heroicidad de sus virtudes.

La Familia Sopeña tiene tres ramas: el Movimiento de Laicos Sopeña, con unos 1.500 miembros; el Instituto Catequista Dolores Sopeña (instituto religioso), con 250 religiosas, y la Obra Social y Cultural Sopeña. La Familia está presente en España, Italia, Argentina, Colombia, Cuba, Ecuador, México y República Dominicana, y continúa desarrollando su labor apostólica entre los más necesitados.

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ZENIT Staff

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