CIUDAD DEL VATICANO, 24 marzo 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II revivió este sábado una de las pasiones de su vida intelectual al recibir a una delegación del Instituto Mundial de Fenomenología de Hanover (EE.UU.).
Los filósofos se encontraban reunidos en Roma con motivo de la presentación en Roma del libro «La fenomenología en el mundo. Fundamentos, expansión, dinámica, compromiso. Una guía a la investigación y el estudio» («Phenomenology World-Wide. Foundations – Expanding – Dynamics – Life Engagements. A guide for research and study»).
En 1953, Karol Wojtyla presentó su tesis doctoral «Evaluación de las posibilidades de construir la ética cristiana basándose en el sistema de Max Scheler». Este filósofo alemán (1874-1928) es considerado uno de los más eminentes discípulos del padre de la fenomenología, Edmund Husserl (1859-1938)..
En su encuentro con los filósofos el Papa insistió en la importancia decisiva de su contribución, pues Husserl, recordó, «deseaba que se formase una comunidad de investigación, para afrontar con diferentes enfoques complementarios el gran mundo del ser humano y de la vida».
Edith Stein, futura santa Teresa Benedicta de la Cruz (1891-1942), a quien el Papa ha proclamado copatrona de Europa, fue asistente personal de Husserl, y siguió cursos de Scheler.
«Os doy las gracias por haberme permitido participar en esta fascinante empresa, comenzando en los años de estudio y de enseñanza, y también después, en las sucesivas fases de mi vida y de mi ministerio pastoral», dijo con sinceridad.
El Santo Padre describió la fenomenología como «un estilo de pensamiento, de relación intelectual con la realidad, de la que se quieren tomar los rasgos esenciales y constitutivos, evitando prejuicios y reduccionismos».
«Me gustaría añadir –concluyó– que es como una actitud de caridad intelectual hacia el ser humano y el mundo, y para el creyente, hacia Dios, principio y fin de todas las cosas».
Más información sobre el Instituto Mundial de Fenomenología en http://www.phenomenology.org.