SEVILLA, 30 marzo 2003 (ZENIT.org).- Según la Asociación Profesional de Profesores de Religión en Centros Estatales (APPRECE), el estudio de las religiones no sólo proporciona cultura a las nuevas generaciones, sino que les aporta tolerancia y respeto en el pluralismo de la sociedad.

Así lo dio a conocer en un comunicado --fechado el 22 de marzo en Sevilla-- en el que la organización lamentó además «que los organismos internacionales no hayan sido capaces de resolver por vías pacíficas los gravísimos problemas que padecen algunos pueblos de la Tierra».

«Condenamos enérgicamente todos los fundamentalismos que están surgiendo en nuestras sociedades», añade el texto.

Los profesores de Religión llaman la atención sobre algunos pronunciamientos que se han hecho en España contra la enseñanza del hecho religioso en la escuela.

Son posturas en las que perciben la «intolerancia, sectarismo e incultura» que conlleva la ignorancia de lo que «el estudio, el conocimiento y la reflexión sobre las religiones» puede aportar a las nuevas generaciones.

En efecto, los jóvenes, con la enseñanza de la religión, «además de más cultas, serán más tolerantes y más respetuosas con el pluralismo existente en nuestra sociedad».

El comunicado de APPRECE confía en que, al contrario de la situación actual, la asignatura «Sociedad, Cultura y Religión» pueda contar en el futuro a efectos de titulación y de promoción de curso.

«Confiamos --dicen los profesores-- en que, tras los trámites pendientes, se culmine en positivo lo que consideramos una gran aportación para la convivencia en libertad».

Los profesores insisten en el llamamiento hecho «a determinadas organizaciones sindicales para que, en lugar de cercenar los derechos de los trabajadores que imparten religión en la escuela», les permitan ejercer su derecho a «elegir a sus representantes en la empresa, como hacen el resto de los trabajadores, en una sociedad democrática».

Hacen también un llamamiento a la jerarquía eclesiástica para que, a través de nuevos cauces de diálogo, profesores e Iglesia avancen en la «comunicación y la búsqueda conjunta de soluciones para la mejora de algunas situaciones laborales que hoy chocan con los avances producidos en el campo de las relaciones contractuales».

Finalmente se dirigen a los profesores de Religión no asociados para que «se unan a quienes estamos defendiendo sus derechos en todas las instituciones que tienen alguna incidencia en nuestra vida profesional».