MADRID, 31 marzo 2003 (ZENIT.org).- La pedagoga Mar Sánchez Marchori sugiere restringir a los niños el acceso a determinadas noticias referidas a la guerra, al menos si son explícitas y van acompañadas de imágenes.

Según advirtió la psicopedagoga y orientadora familiar --especialista en pedagogía creativa-- en declaraciones a Zenit, el exceso de información bélica puede perjudicar a los menores. No se trata de ocultar la verdad, pero sí de adaptarla a la edad y circunstancias de los niños.

En nuestra sociedad, en la que los niños pasan muchas horas solos frente al televisor, «es inevitable que hechos de alcance social lleguen a los pequeños», pero hay «datos que no tienen valor educativo ni cumplen los objetivos de mejora personal, sino que simplemente alarman al menor, que no entiende lo sucedido, ni vislumbra soluciones».

La pedagoga cree que situaciones dramáticas como la guerra «pueden aprovecharse para educar en valores como la solidaridad, la justicia, el diálogo, la paz, el perdón, la aceptación, el autodominio y el amor por los demás».

Sánchez dice que los adultos deben utilizar este tipo de situaciones «para indicar a los niños la importancia de ayudar a las personas que se encuentran en una situación difícil», además de animarlos para «que recen por ellos».

En general, la pedagoga aconseja «dar poca información a los menores de 10 años. A los que superen esa edad no se les deben dar más respuestas que las demandadas».

Igualmente, sugiere modificar ciertas frases de los adultos ante las reacciones de los niños. Por ejemplo, es preferible decir: «veo que esto te preocupa; ¿puedo ayudarte?», a decir: «no dramatices».

Mar Sánchez Marchori insiste en seis puntos que pueden orientar la manera correcta de administrar la información que los niños reciben sobre conflictos bélicos:

--Tener en cuenta la edad y la manera de ser propia del niño, su tendencia a exagerar los acontecimientos nuevos.

--Dar poca información a los menores de 10 años y a los que superen esa edad no dar más explicaciones de las demandadas.

--Limitar la visión de escenas bélicas en la televisión.

--Permitir que el menor exprese los sentimientos que le producen las noticias y compartirlos a través de juegos y dibujos.

--Aprovechar este tipo de situaciones para educar en valores.

--Adaptar la verdad de lo sucedido a la edad del niño.