WASHINGTON, 12 abril 2003 (ZENIT.org).- El lunes de la semana pasada Colin Powell hizo público el «2002 Country Reports on Human Rights Practices» (Informe 2002 de países sobre las prácticas de derecho humanos) del Departamento de Estado de Estados Unidos. En sus observaciones, el Secretario de Estado norteamericano reafirmaba la resolución de su país por extender el respeto a los derechos humanos en el mundo.
El informe se publica en un momento en el que los Estados Unidos mismos son criticados duramente por su guerra preventiva en Irak. Sea como sea, Powell explicó que los esfuerzos de la administración Bush para mejorar los derechos humanos implican varios medios: trabajar con los líderes de los gobiernos, organizaciones no gubernamentales, y uniones de libre comercio; fomentar el gobierno responsable y respaldar las reformas políticas, legales y económicas; encauzar ayudas al desarrollo para las naciones que son gobernadas con justicias; apoyar el imperio de la ley, los medios independientes, la libertad religiosas y los derechos de las minorías.
El documento da información detallada sobre 196 países. No todo es negativo. Los desarrollos positivos incluyen el progreso en el establecimiento de instituciones democráticas en Timor Este, y mejoras en las libertades civiles en Taiwán. Turquía también ha aprobado leyes que cubren las liberad de expresión, de actividad política y asociación, y juicios limpios.
En los Balcanes, Bosnia y Herzegovina ha llevado a cabo sus primeras elecciones generales a cargo de las autoridades locales desde los Acuerdos de Paz de Dayton. Macedonia ha tenido elecciones, y su parlamento ha completado algunas reformas constitucionales y legislativas. En términos de derechos políticos el informe sostiene la esperanza de que las elecciones libres en Kenia y la transferencia de poder el pasado diciembre puedan significar una consolidación de la democracia.
Hay noticias positivas en cuanto a algunos conflictos domésticos. Sri Lanka ha visto el año pasado la puesta en ejecución de un acuerdo de alto el fuego entre el gobierno y los Tigres de Liberación Tamiles. Sierra Leona ha visto el fin de su guerra civil y, en mayo, tendrán lugar elecciones pacíficas.
También ha tenido lugar el fin del conflicto de Angola, donde el antiguo movimiento rebelde UNITA se ha desarmado y transformado en un partido político. Esto ha conducido a una notable disminución de los abusos en derechos humanos, incluso a pesar de que permanecen algunos problemas. En Afganistán, el nuevo régimen ha implementado mejoras en derechos humanos, incluyendo la inclusión de mujeres y minorías étnicas en el gobierno. Y se estima que un millón de niñas han vuelto a la escuela.
Repúblicas ex soviéticas
En cuanto a las malas noticias, el Departamento de Estado informaba de problemas en algunas repúblicas de la antigua Unión Soviética. En Turkmenistán un ataque contra el presidente Saparmurat Niyazov durante un desfile motorizado el pasado noviembre condujo a numerosas detenciones, desahucios forzados de las familias de los sospechosos, uso de tortura, amenazas de violación y juicios sumarios. En Kazajstán, su expediente, ya de por sí pobre en derechos humanos, ha empeorado. Los líderes de la oposición son perseguidos de manera selectiva y los medios, acosados.
Uzbekistán ha visto algunos desarrollos positivos, pero también ha habido al menos cuatro muertes de detenidos achacables a la tortura. En Kirguistán, ha continuado el acoso a los medios, y la policía mató a seis manifestantes desarmados en una confrontación.
En el conflicto de Chechenia, las fuerzas rusas y los rebeldes chechenos continúan cometiendo serias violaciones de los derechos humanos. El Departamento de Estado de Estados Unidos ha acusado a las fuerzas gubernamentales de cometer asesinatos extrajudiciales y de usar la fuerza indiscriminadamente, dando como resultado bajas civiles. Por su parte, los rebeldes chechenos han aumentado sus asesinatos de funcionarios civiles y de la milicia asociada con la administración chechena designada por Rusia.
El enfrentamiento civil también ha conducido a graves abusos de derechos humanos en Nepal. Las guerrillas maoístas recurren a las matanzas, las bombas, la tortura y al reclutamiento forzado de niños. Las fuerzas del gobierno, entre tanto, son acusadas de matar a civiles y de abusar de otros sospechosos de simpatías maoístas.
Poderes asiáticos invadidos
El Departamento de Estado tiene duras palabras sobre los derechos humanos en China: «Los ciudadanos carecen tanto de la libertad para expresar pacíficamente su oposición al sistema político liderado por el partido como del derecho a cambiar sus líderes nacionales o la forma de gobierno».
Mientras que la constitución china prevé una judicatura independiente, en la práctica el gobierno y el partido comunista han interferido con frecuencia en el proceso judicial y han dirigido los veredictos en los casos de más relevancia. También se ha acusado de numerosas violaciones de derechos humanos a los varios organismos que conforman el aparato de seguridad. También recibe críticas la política de planificación familiar de China. Las medidas represivas incluyen multas para quienes tengan más de un niño, aborto forzado y esterilización, y la inserción obligatoria de DIUs.
China ha hecho esfuerzos a comienzos del 2002 para mejorar la situación de los derechos. Liberó a cierto número de importantes disidentes, permitió la visita del Dalai Lama, y ha reformado el sistema legal. Pero estos desarrollos positivos se han visto minados por arrestos de activistas democráticos, la imposición de sentencias de muerte sin el debido proceso a dos tibetanos, y juicios de líderes sindicales por cargos de «subversión», indicaba el informe. Asimismo, las autoridades han suprimido con rapidez grupos religiosos, políticos y sociales, que eran considerados una amenaza al poder del gobierno o a la estabilidad nacional.
En Corea del Norte, sigue siendo pobre el expediente de derechos humanos del gobierno, observaba el informe. Los ciudadanos no pueden cambiar las leyes del país, y sus líderes «han visto la mayoría de las normas internacionales de derechos humanos, especialmente los derechos individuales, como ilegítimos, extranjeros y subversivos en contra de las metas del Estado y el Partido».
Las infracciones en derechos humanos incluyen asesinatos extrajudiciales, desapariciones, detenciones arbitrarias, tortura, la falta de una judicatura independiente, la negación de la libertad de expresión, estricto control de todas las formas de actividades culturales y mediáticas, y restricciones en la libertad de religión y en los derechos de los trabajadores.
Mezcla de resultados en América Latina
En América Latina la situación de los derechos humanos presenta luces y sombras. En algunos países –Argentina, Bolivia, Chile y Paraguay–, el informe pone de relieve que, a pesar de algunos problemas, los gobiernos respetan por lo general los derechos humanos.
La preocupación mayor se dirigió hacia Brasil. Mientras las autoridades federales respetan generalmente los derechos humanos, «continúa habiendo numerosos abusos graves, y el expediente de algunos gobiernos estatales ha sido pobre», observaba el informe.
Las fuerzas de policía estatales han cometido muchos asesinatos extrajudiciales, han torturado y golpeado a los sospechosos mientras eran interrogados, y arrestan y detienen a las personas de modo arbitrario. La policía también se ha visto implicada en varias actividades criminales, incluyendo asesinatos a sueldo, ejecuciones de escuadrones de la muerte, extorsiones, secuestros para pedir rescates, y tráfico de narcóticos.
En otros lugares, la situación ha sido incluso peor. Han tenido lugar elecciones libres y justas en Colombia, pero «el expediente de derechos humanos del gobierno sigue siendo
pobre», según el informe. A pesar de los esfuerzos por mejorar las leyes y los mecanismos institucionales, ha habido carencias en la puesta en práctica.
Por otro lado, algunos miembros de las fuerzas de seguridad del gobierno han continuado cometiendo abusos graves, así como colaborando con los grupos paramilitares que han cometido graves abusos. En cuanto a la judicatura, es ineficiente, sobrecargada por grandes retrasos, y minada por la corrupción y la intimidación, afirma el informe de Estados Unidos.
También las guerrillas, especialmente las FARC, han sido responsables de un gran número de muertes civiles. Las guerrillas han asesinado a políticos, periodistas, miembros de sindicatos y a numerosos líderes religiosos. Y las FARC han seguido secuestrando, torturando y asesinando a miembros de las fuerzas de seguridad públicas. Las guerrillas también han continuado secuestrando a miles de civiles para ayudar a financiar la subversión y hacer presión política sobre el gobierno.
En Venezuela, el expediente de derechos humanos del gobierno sigue siendo pobre. Asesinatos de vigilantes, torturas por parte de las fuerzas de seguridad, duras condiciones en las cárceles y arrestos arbitrarios han sido algunos de los abusos puestos de relieve por el informe. También aparece el presidente Hugo Chávez, a causa de su censura. Sus frecuentes críticas a los medios, a los grupos de oposición y a la Iglesia son interpretadas por muchos «como una aprobación tácita de la violencia».
Cuba, etiquetada como «un estado totalitario controlado por Fidel Castro» recibe una dura condena por sus abusos en derechos humanos. Un parlamento inoperante, el control por parte del partido de las fuerzas de la judicatura y de seguridad, la supresión activa de la oposición política, los maltratos en prisión, y el control de los medios han sido algunos de los aspectos cubiertos por el informe. Además, las fuerzas de seguridad han sido acusadas de cometer numerosos y serios abusos contra los derechos humanos. Por todo el mundo, las libertades civiles siguen todavía siendo una materia escasa.
