CIUDAD DEL VATICANO, 16 junio 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II planteó la santidad como una auténtica urgencia pastoral en el tiempo presente al recibir en la mañana de este lunes a los participantes en el Capítulo General de la Orden de los Frailes Menores (franciscanos), junto al nuevo ministro general, el padre José Rodríguez Carballo.
Convocados en torno al lema «Fraternidad en misión», 142 superiores y representante de la Orden en 110 países del mundo celebran del 25 de mayo al 21 de junio el 185º Capítulo General en La Porciúncula de Asís, el lugar donde san Francisco reunía en capítulo a sus religiosos.
«¡Tended a la santidad! –exhortó el Santo Padre–. He aquí una verdadera urgencia pastoral para nuestro tiempo». «Es hora de volver a proponer a todos con convicción esta “elevada cota” de la vida cristiana», añadió haciendo referencia a su carta apostólica «Novo millennio ineunte».
Para ayudar a los demás a buscar a Dios por encima de todo, el Papa subrayó la necesidad de que los propios religiosos se empeñen en primer lugar en esta «ardua pero engrandecedora ascesis personal y comunitaria».
Por ello, les invitó a seguir el camino marcado en su Regla y en sus Constituciones y les alentó a conservar su impronta de «pobreza y vida fraterna, docilidad y obediencia», teniendo la mirada puesta en Cristo, «como hacía “el pobrecillo de Asís”, vuestro padre y maestro».
«Él enseña “que el predicador debe antes obtener en el secreto de la oración aquello que después verterá en las predicaciones. Antes debe caldearse interiormente para no exteriorizar frías palabras”, dijo Juan Pablo II citando a Tomás de Celano, el primer biógrafo de San Francisco.
Recordando el papel esencial que san Francisco reconocía al Espíritu Santo –a quien amaba definir como «Ministro General» de la Orden–, el Santo Padre pidió que este mismo Espíritu conceda a los frailes menores la comprensión de «cuáles son las prioridades de la misión que Dios les confía por el bien de la Iglesia y del mundo».
Consciente de que la Orden comparte el anhelo de la nueva evangelización, urgente en el inicio del Tercer Milenio, Juan Pablo II señaló además que el compromiso misionero «será fructífero en la medida en que se desarrolle en sintonía con los legítimos Pastores, a quienes el Señor ha confiado la responsabilidad de su rebaño».
En este contexto, expresó finalmente su deseo de que los trabajos capitulares contribuyan a «hacer crecer ese espíritu de humilde escucha a Dios y de filial adhesión a las directivas de los Pastores de la Iglesia que debe caracterizar a los Frailes Menores».
La Orden de los Frailes Menores está formada en la actualidad por 16.642 religiosos, de los cuales 11.116 son sacerdotes. Más información en http://www.ofm.org.
