La inauguración, enriquecida con cantos en lengua tayika y rusa, se celebró el pasado 18 de junio pasado y contó la presencia del Nuncio Apostólico en Asia Central, monseñor Josef Wesolowski, y la del Superior de la Misión, el padre Carlos Ávila, del Instituto del Verbo Encarnado, ambos residentes en Dushanbe.
El centro funcionará gracias a la contribución de la Misión católica y al trabajo de jóvenes voluntarios de la parroquia de San José en Dushanbe.
«Naturalmente el comedor no puede satisfacer las grandes necesidades de la región, pero representan la pequeña contribución que podemos dar», explicó Segei Kviatkovsky, responsable de comunicaciones de la Misión.
«El comedor estará abierto de momento tres días a la semana –anunció–, si bien no se excluye que en un futuro lo esté todos los días si las condiciones económicas y los recursos humanos lo permiten».
La Misión Sui Iuris en Tayikistán, erigida en 1997, atiende a los 245 fieles católicos que viven en el país asiático, que cuenta con 6 millones de habitantes, en su mayoría musulmanes.