CIUDAD DEL VATICANO, 8 julio 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha erigido la diócesis de Valle de Chalco, en territorio desmembrado de la diócesis de Netzahualcóyotl, y ha nombrado como primer obispo al padre Luis Artemio Flores Calzada, de la diócesis de Texcoco.

La nueva diócesis será sufragánea de la Iglesia metropolitana de Tlalnepantla y responde al impresionante aumento de población que han experimentado las localidades cercanas a la Ciudad de México.

El padre Luis Artemio Flores Calzada nació en San Antonio Tultitlán, diócesis de Cuautitlán, el 28 de abril de 1949. Ha realizado los estudios filosóficos y teológicos en el Seminario Mayor de Durango.

Continuó los estudios en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, donde se licenció en Teología dogmática. Ha hecho estudios de Sagrada Escritura en Jerusalén y al regresar a México se diplomó en Derecho Canónico en la Universidad Pontificia de México.

Se ordenó sacerdote el 17 de octubre de 1974 por la diócesis de Texcoco.

En esa diócesis ha sido vicario parroquial, párroco, prefecto y profesor en el Seminario Menor, rector del Seminario Menor y Mayor, vicario episcopal de zona y después vicario general.

Desde 1998 es juez diocesano y promotor de justicia en el Tribunal diocesano de Texcoco. Desde el año 2000 es también párroco de Teotihuacán y vicario episcopal de la II Vicaría de Texcoco.

La nueva diócesis de Valle de Chalco [su nombre en latín es «Vallis Chalcen(sis)»] comprende 13 municipios del Estado de México. Su superficie es de 1.237,96 kilómetros cuadrados y la población de 3.404.400 habitantes, en su mayoría católicos.

Cuenta con 46 parroquias, 55 sacerdotes diocesanos, 31 sacerdotes religiosos, 6 seminaristas mayores, 11 religiosos y 195 religiosas.

La Iglesia catedral será la parroquia de «San Juan Diego», en la ciudad de Valle de Chalco.

Con la erección de la nueva diócesis de Valle de Chalco, México se divide en 85 circunscripciones eclesiásticas.