Según fuentes de la policía local, seis personas armadas entraron en la residencia del padre George Ibrahim disparando contra él e hiriendo a Pervez Masih, quien le asistía en su actividad parroquial.

La Alianza de las Minorías de Pakistán (APMA, por sus siglas en inglés), declaró que el asesinato es «un acto brutal de terrorismo» contra un representante religioso cristiano.

El sacerdote había recibido amenazas en el pasado por la labor que desempeña la escuela católica del lugar, según reveló Shahbaz Bhatti, responsable de la APMA.

La Policía en un primer momento dijo, sin embargo, que podría tratarse de un robo y que los asaltantes respondieron a un ataque que les había lanzado el sacerdote al descubrirles en el patio de su residencia.

Los ataques contra instituciones y personas cristianas se intensificaron en Pakistán a partir del año 2002, cuando el gobierno del país apoyó la guerra capitaneada por Estados Unidos contra el régimen talibán de Afganistán.

El asesinato tuvo lugar un día después de que tres suicidas mataran a 44 personas en el interior de una mezquita de Queta, de tradición chií, otra de la minorías religiosas del país.