«Cuando disfrutamos de este período de descanso viajando por países subdesarrollados, debemos hacerlo con responsabilidad y respeto. Al visitar lugares con costumbres diferentes no podemos comportarnos con arrogancia ni irreverencia respecto a sus humildes condiciones de vida o a confesiones distintas a las nuestras», sugiere la Ong.
Aunque «las vacaciones son una manifestación de la calidad de vida de los países desarrollados» y «un derecho que nos corresponde para sobrellevar una vida laboral exigente y tensa», Manos Unidas no olvida «que las personas más pobres se desplazan sólo para satisfacer sus necesidades básicas».
En su artículo, la Ong dedica un apartado al llamado «turismo sexual» que se ha incrementado «vergonzosamente» en las últimas décadas y que Manos Unidas considera aún «más indignante» cuando el abuso se produce sobre menores.
«Aprovecharse de los pobres para obtener servicios sexuales degrada a quien lo hace, pero lo cierto es que los peores efectos se producen sobre quienes lo sufren, ya que les arruina la vida».
Manos Unidas considera que la prostitución obligada por la pobreza que especialmente en los países del Sur, se ejerce desde edades muy tempranas acabaría si no hubiera demanda. «Resulta desalentador que individuos de países desarrollados que disfrutan de cierto nivel social abusen de niñas, y luego sean capaces de llevar una vida "normal" cuando vuelven a sus lugares de origen», afirma la Ong.
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Jul 04, 2003 00:00