ROMA, 10 julio 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II ha recordado la responsabilidad particular que tienen los laicos en «humanizar» el mundo e iluminar con la luz del Evangelio las múltiples realidades sociales, una responsabilidad que en la doctrina social de la Iglesia encuentra un punto de referencia «necesario y fecundo».
Así se expresa en su mensaje a la Fundación vaticana «Centesimus Annus – Pro Pontifice», hecho público el sábado pasado, a cuyos miembros recibió en audiencia ese mismo día, con ocasión del décimo aniversario de su institución.
Dicha Fundación «representa una repuesta singular a la invitación, que dirigí en la Encíclica (1991) en la que se inspira, de promover el conocimiento y la práctica de la doctrina social de la Iglesia».
«Las permanentes circunstancias que padece el mundo contemporáneo y las deplorables condiciones de subdesarrollo en que se encuentran aún demasiados países» demuestran «la permanente actualidad de la doctrina social de la Iglesia» y la necesidad de «partir desde una perspectiva justa», constató el Santo Padre.
Esta perspectiva se centra en «la verdad del hombre, que es descubierta por la razón y confirmada por el Evangelio de Jesucristo, que proclama y promueve la auténtica dignidad y la natural vocación social de la persona», subrayó.
En este sentido, según explicó Juan Pablo II, «la enseñanza social de la Iglesia» ofrece orientaciones para la «promoción de los derechos humanos, para la tutela de la familia, para el desarrollo de instituciones políticas auténticamente democráticas y participativas, para una economía al servicio del hombre, para un nuevo orden internacional que garantice la justicia y la paz y para una actitud responsable hacia la creación».
Todo ello reclama la convicción de que «sólo hombres nuevos pueden hacer nuevas todas las cosas». Por ello el Santo Padre advirtió de que «el compromiso social de los cristianos laicos se puede nutrir y ser coherente, tenaz y valeroso sólo desde una profunda espiritualidad, esto es, desde una vida de íntima unión con Jesús».
Es el medio para que los laicos sean capaces de «expresar las grandes virtudes teologales –fe, esperanza y caridad– a través del ejercicio de la difícil responsabilidad de edificar una sociedad menos lejana del gran proyecto providente de Dios».
El Papa alentó a los miembros de la Fundación vaticana «Centesimus Annus – Pro Pontífice» a seguir con su misión de difusión de los valores humanos, éticos, sociales y cristianos expuestos en la doctrina social de la Iglesia –y en particular en la Encíclica «Centesimus Annus»– teniendo presentes las convicciones que les recordó en su mensaje.
Finalmente, felicitó a la Fundación por su aniversario y el desarrollo de iniciativas de estudio y de formación, entre las que destacó el Máster en Doctrina Social, promovido en colaboración con la Pontificia Universidad Lateranense.
La fundación, según su estatutos, se propone «colaborar en la difusión de los valores humano, éticos, sociales y cristianos, expuestos en la doctrina social de la Iglesia y en particular en la encíclica «Centesimus Annus»».
El Consejo de Administración de la Fundación está compuesto por siete miembros laicos, uno de ellos designado por la Santa Sede y los otros seis por votación entre los miembros del Consejo. El presidente actual y representante legal es el conde italiano Lorenzo Rossi di Montelera.
Pueden formar parte de la Fundación quienes presenten una petición, compartiendo sus finalidades.
El e-mail de la Fundación es centannus@foundation.va
