Al llegar a Katmandú el 2 de julio recibió la bienvenida del pro-prefecto del país –que todavía no cuenta con diócesis– el padre Pius Perimanaw, y del representante de Su Majestad el rey Gyanendra Bir Bikram. A continuación, el arzobispo se dirigió al Palacio Real para mantener una conversación privada con el rey.
Durante su estancia, el nuncio tuvo la oportunidad de visitar varias comunidades religiosas y de constatar sobre el terreno la situación de la Iglesia en Nepal. El 5 de julio, en la catedral dedicada a la Asunción de la Virgen María, celebró la misa junto a la comunidad católica local, según informa la agencia Fides.
En su homilía, el prelado español repasó la historia del cristianismo en Nepal y dio las gracias a los religiosos y religiosas por la contribución que han ofrecido y ofrecen al crecimiento de esa pequeña comunidad católica.
«El Evangelio sólo puede echar raíces si tiene lugar un encuentro fecundo con la cultura y las tradiciones de la gente a la que se le proclama –explicó–. No desarraigamos algo para sustituirlo por otra cosa. Proclamar Jesucristo a la gente que ya tiene una religión no es un acto de violencia, pues la Iglesia propone, no impone. La Iglesia proclama la Buena Nueva de Cristo, en su totalidad, pero al mismo tiempo respeta, ama y estima la cultura y las tradiciones de quienes escuchan su anuncio».
El arzobispo se encontró también con un grupo de sacerdotes y religiosos que vinieron de todo el país con este motivo. Les informó de que en estos momentos está teniendo lugar el proceso que busca elevar la prefectura apostólica de Nepal al rango de diócesis, algo que espera lograr durante su misión como representante papal en el país.
El crecimiento de la comunidad católica se ve beneficiado por las buenas relaciones que el rey mantiene con la Iglesia, pues estudió en escuelas católicas, siendo alumno del actual prefecto apostólico, el padre Anthony Sharma.
En el país, de unos 25 millones y medio de habitantes, hay algo más de 6.000 católicos. Los hindúes conforman el 86.2% de la población, los budistas el 7,8% y los musulmanes el 3,8%. La Misión Católica fue inaugurada en 1983 y en 1996 fue elevada al rango de prefectura apostólica.
