MADRID, 14 julio 2003 (ZENIT.org-VERITAS).- Entre el 2 y el 4 de julio se han celebrado en Alcalá de Henares (Madrid), las Jornadas Nacionales de los Delegados diocesanos de Misiones, y la Asamblea General de las Obras Misionales Ponfificias (OMP).
El tema central de las Jornadas ha sido el próximo Congreso Nacional de Misiones, que se celebrará en Burgos del 18 al 21 de septiembre.
Como ha dicho a la Agencia Veritas don Anastasio Gil, Subdirector Nacional de Obras Misionales Pontificias de España y Secretario General del Congreso, «ya tenemos fijado el Programa del Congreso y la confirmación de las personas que han aceptado la invitación para desarrollar alguna ponencia, comunicaciones, experiencias o testimonios».
«Estamos muy satisfechos de cómo están respondiendo todas las diócesis españolas y todas las instituciones misioneras para preparar y participar en el Congreso, que llevamos un año preparando», añade.
Según el Secretario del Congreso, el eje sobre el que girará este evento «está articulado en torno a dos grandes ideas: la primera es hacer una reflexión teológico pastoral sobre el hoy de la misión, cómo la misión ad gentes está presente en los organismos, instituciones, documentos de la Iglesia… Si ocupa un lugar sustancial, o más bien es atendido desde una perspectiva coyuntural, y hacer también una reflexión teológica sobre el sentido y el origen de la misión ad gentes».
«La segunda línea fundamental abrirá los ojos al futuro para descubrir qué es lo que está reclamando la misión ad gentes a las iglesias particulares, y cómo las diócesis han de asumir la responsabilidad de la animación, formación y cooperación misionera en el interior de todas las
comunidades eclesiales», dice Anastasio Gil.
Casi todas las plazas reservadas del Congreso, unas 760, están asignadas y reservadas y «hay una larga lista de espera». Asistirán representantes de los Consejos diocesanos de misiones de todas las diócesis españolas (hasta 550 participantes, entre sacerdotes, seminaristas, rectores de seminario,
religiosos y religiosas, laicos).
Unas 100 plazas complementarias será para los religiosos que integran el Servicio conjunto de animación misionera (SCAM); otro grupo coordinando en el ámbito misionero de CONFER; y otro avalado por la coordinadora de asociaciones de laicos misioneros.
«En definitiva, afirma el Secretario del Congreso, creemos que van a participar todos los estamentos eclesiales que en este momento tienen interés e inquietud por la actividad misionera de la Iglesia».
Durante estas Jornadas, los Delegados diocesanos de Misiones, han dedicado también «un tiempo largo y laborioso a abordar el asunto de la formación y animación misionera de grupos de jóvenes».
Según Anastasio Gil «los jóvenes son receptivos a la llamada misionera, son receptivos a todo aquello que suponga un interés por los más desfavorecidos; pero al mismo tiempo desde la fe, ese interés se siente fortalecido para anunciar el evangelio haciendo o colaborando con los misioneros en esa tarea pastoral de hacer y celebrar la primera evangelización».
Respecto a las conclusiones de la Asamblea general de directores diocesanos de las OMP, Anastasio Gil afirma que «hemos trabajado dos temas. Un estudio de la memoria pastoral y económica del año 2002, profundizando en aspectos puntuales, de manera que puedan crecer las aportaciones económicas y de alguna manera que esta preocupación por la cooperación económica no empañe la labor pastoral que también se hace desde las Obras Misionales Pontificias».
El otro tema «ha sido la presentación de tres de la revistas que se publican en la sede central de Obras Misionales Pontificias, «Misioneros Tercer Milenio», «Supergesto» y «Enfermos Misioneros»».
Los directores de las tres revistas han expuesto «la filosofía de cada una de ellas, sus objetivos, su finalidad y sobre todo su rentabilidad pastoral».
«Los directores diocesanos de Obras Misionales Pontificias han profundizado y han concluido que vale la pena potenciar estas publicaciones y sobre todo hacerlas llegar a la gente para que se inserten como factor enriquecedor en la pastoral ordinaria de las diócesis», afirma Gil.