ROMA, 14 julio 2003 (ZENIT.org).- «La globalización es un éxito cuando todos disfrutan de sus beneficios» es el título de la declaración con la que se concluyó este viernes en Roma la XVII Asamblea General de Cáritas Internationalis, en la que participaron 450 delegados nacionales de 154 países.
En el documento conclusivo Cáritas Internationalis «se compromete a trabajar por una sociedad que incluya a los pobres y a aquellos que han sido dejados al margen de nuestro mundo cada vez más globalizado. Esto significa globalizar la solidaridad, y a ello se dedicará la Confederación de Cáritas en los próximos cuatro años».
La confederación de ayuda y caridad de la Iglesia católica, presente en 198 países y territorios –considerada como la obra de caridad privada más extendida en el mundo–, busca hacer realidad la propuesta de Juan Pablo II en su carta apostólica «Novo Millennio Ineunte» en la que llama a vivir «una nueva creatividad» en la caridad.
A la luz de este objetivo se ha redactado el Plan de Trabajo 2003-2007 de la Confederación, que pretende ofrecer medios a las personas marginadas «para que ocupen el lugar que les corresponde en este nuevo mundo» globalizado, según el documento final.
«En su plan de trabajo, las organizaciones miembros de Cáritas Internationalis han reafirmado su compromiso de llevar la voz de los pobres a las sedes internacionales y cumplir la función de enlace entre los responsables de la toma de decisiones y las personas afectadas por éstas», explica la declaración.
«Los miembros de la Confederación se centrarán en especial en temas como el cuidado de la tierra y el desarrollo duradero, el VIH/SIDA, el tráfico de seres humanos, la paz y la reconciliación, prestando una atención especial a la prevención de conflictos», anuncian.
Por último, dado que la Asamblea constató que en el contexto actual «la pobreza afecta, de manera desproporcionada, a las mujeres» –la mayor fuerza de trabajo y la menos remunerada– Cáritas Internationalis «considera que es fundamental declararse abiertamente en favor de los derechos de la mujer, como también de los de la infancia y la juventud, y mientras tanto aplicar estos principios a nivel interno en sus estructuras organizativas».
Por este motivo, la Asamblea ratificó una enmienda al Reglamento Interno de la Confederación Cáritas Internationalis, estableciendo que, en la elección de las Organizaciones Miembros al Comité Ejecutivo, cada conferencia regional de Cáritas deberá asegurarse que, en la media de lo posible, haya igual representación de hombres y mujeres.