Se trata del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero; el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, y Carmen Chacón, secretaria de Educación de los socialistas.

Al encuentro acudieron por parte de la Iglesia el propio Cañizares –arzobispo de Toledo y Primado de España-- y el obispo auxiliar de Madrid y hombre de confianza del cardenal Rouco, monseñor Fidel Herráez.

El pasado jueves, monseñor Cañizares ofreció una rueda de prensa en la que aseguró que la reforma de la clase de Religión –que ha pasado a ser asignatura curricular según la última reforma de la Ley de Calidad– había contado con el visto bueno de «personalidades de máximo nivel» del PSOE (Cf. Zenit, 17 julio 2003).

El prelado, que no quiso ofrecer en ese momento ningún nombre concreto, aseguró que la reforma se había pactado «de manera dialogada y consensuada» y que si se había producido posteriormente «marcha atrás por parte del PSOE» es a los miembros de este partido a quienes había que preguntarles por qué lo habían hecho.

La reunión a la que aludía se celebró el 11 de enero del año 2002 en la sede del partido socialista de la calle Ferraz, fue «muy cordial, abierta y franca» y «duró dos horas», explicó monseñor Cañizares en una nota difundida este viernes.

El Primado aclara en el texto que no se llegó a un acuerdo «sobre la base de un documento suscrito por la firma de los presentes, sino de acuerdos o puntos de coincidencia de los asistentes a la reunión».

«Estos puntos de coincidencia –añade-- fueron los que se presentaron posteriormente como propuesta al Ministerio de Educación para una futura regulación de esta enseñanza».

Según monseñor Cañizares, fueron tres los acuerdos a los que llegaron. En primer lugar, ambas partes coincidieron en afirmar que «la enseñanza religiosa en la escuela no debe ser objeto de confrontación política ni entrar en el debate de la alternancia en el poder de las distintas fuerzas políticas», sino que, más bien, «hay que buscar los puntos de coincidencia».

«Estos puntos nos vienen dados por el marco constitucional (art. 27, 2 y 3; art. 16 y art. 96). También en el respeto a los Acuerdos internacionales suscritos por el Estado Español», prosigue monseñor Cañizares en su nota.

Finalmente, el PSOE y la Iglesia vieron la conveniencia de «constituir un área cuyo objeto sería el tratamiento del Hecho Religioso por una vía confesional y otra no confesional, a la elección libre de los ciudadanos».