CASTEL GANDOLFO, 20 julio 2003 (ZENIT.org).- Publicamos las palabras que pronunció Juan Pablo II este domingo al encontrarse con los peregrinos en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo para rezar la oración mariana del «Angelus».

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¡Queridísimos hermanos y hermanas!

1. En los últimos meses se ha trabajado intensamente en la redacción de la nueva Constitución Europea, cuya versión definitiva será aprobada por la Conferencia intergubernamental a partir del próximo octubre. A esta importante tarea, que interesa a todos los componentes de la sociedad europea, también la Iglesia siente que debe ofrecer su propia contribución.

Ésta recuerda, entre otros puntos, como observé en la Exhortación apostólica post-sinodal «Ecclesia in Europa», que «Europa ha sido amplia y profundamente impregnada por el cristianismo» (n. 24). Éste constituye, en la compleja historia del Continente, un elemento central y calificador que ha ido consolidándose sobre el fundamento de la herencia clásica y de las diferentes contribuciones ofrecidas por los flujos étnico-culturales que se han sucedido a lo largo de los siglos.

2. Se puede decir que la fe cristiana ha plasmado la cultura de Europa haciendo un todo con su historia y, a pesar de la dolorosa división entre Oriente y Occidente, el cristianismo se ha convertido en «la religión de los europeos» (Ibíd.). Su influencia ha continuado siendo notable también en la época moderna y contemporánea, pese al fuerte y difundido fenómeno de la secularización.

La Iglesia sabe que su interés por Europa brota de su propia misión. Como depositaria del Evangelio, ha promovido aquellos valores que han hecho universalmente apreciada la cultura europea. Este patrimonio no puede ser disipado. Al contrario, hay que ayudar a la nueva Europa «a construirse a sí misma revitalizando las raíces cristianas que le dieron origen» (Cf. n. 25).

3. Que María, Madre de la esperanza, vele por la Iglesia en Europa, para que sea cada vez más «transparente al Evangelio», sea lugar donde crecen la comunión y la unidad, de forma que el rostro de Cristo resplandezca con todo su fulgor para la paz y el gozo de todo habitante del Continente europeo.

[Después de rezar el Ángelus, el Papa pronunció las siguientes palabras:]

Hoy es el centenario de la muerte del Papa León XIII, Vincenzo Gioacchino Pecci. Recordado sobre todo como el Papa de la «Rerum novarum», encíclica que marcó el inicio de la moderna doctrina social de la Iglesia, desarrolló un magisterio amplio y articulado; en particular, relanzó los estudios tomísticos y promovió el acrecentamiento de la vida espiritual del pueblo cristiano. En este Año del Rosario, no se puede olvidar que León XIII dedicó al Rosario diez encíclicas. Por este gran Pontífice hoy damos fervientes gracias al Señor.

[Traducción del original italiano realizada por Zenit]