CASTEL GANDOLFO, 21 julio 2003 (ZENIT.org).- La memoria histórica del cristianismo es indispensable «para fundar la perspectiva cultural de la Europa de hoy y de mañana», en cuya construcción la universidad tiene «un papel insustituible», afirmó el sábado Juan Pablo II.
Al recibir a unos 1.500 participantes del Simposio internacional «Universidad e Iglesia en Europa» en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo –donde pasa unos días de descanso--, el Santo Padre constató que la relación entre Universidad e Iglesia lleva «directamente al corazón de Europa, allí donde su civilización logró expresarse en una de sus instituciones más emblemáticas».
Eran los siglos XIII y XIV, la época en la que tomó forma el «Humanismo» «como felicísima síntesis entre el saber teológico, el filosófico y las demás ciencias», recordó el Papa.
Esta síntesis habría sido «impensable sin el cristianismo y por lo tanto sin la secular obra de evangelización llevada a cabo por la Iglesia en el encuentro con las múltiples realidades étnicas y culturales del continente», subrayó.
La nueva Europa «no puede proyectarse sin beber de sus propias raíces», afirmó el Papa. «Lo mismo puede decirse de la universidad», por excelencia «lugar de búsqueda de la verdad», puntualizó.
Juan Pablo II advirtió de que así como «Europa no puede reducirse a mercado, tampoco la universidad, aún teniendo que insertarse en el tejido social y económico, puede someterse a sus exigencias, bajo pena de perder su propia naturaleza, que sigue siendo principalmente cultural».
Los lazos de estima y confianza entre Iglesia y universidad se expresan en «profesores y estudiantes que sepan unir la competencia y el rigor científico a una intensa vida espiritual, para animar de espíritu evangélico el ambiente universitario» así como en las «Universidades Católicas, en las cuales se actualiza la herencia de las antiguas universidades».
El Santo Padre subrayó finalmente la importancia de los «laboratorios culturales», «una opción prioritaria de la pastoral universitaria a nivel europeo», dado que «en ellos se lleva a cabo un diálogo constructivo entre fe y cultura, entre ciencia, filosofía y teología, y la ética se considera como exigencia intrínseca de la investigación para un auténtico servicio al hombre».
El simposio que del 17 al 20 de julio ha contado con unos 2.000 inscritos entre estudiantes, profesores, rectores, capellanes y obispos responsables de la pastoral universitaria --procedentes de unos 40 países— ha sido promovido por el Consejo de las Conferencias Episcopales Europeas (CCEE) y por la Conferencia Episcopal italiana (CEI).
Organizado en colaboración con el Ministerio italiano de la Universidad y de la Investigación Científica, el gran encuentro se celebró con ocasión del VII centenario de la fundación de la Universidad «La Sapienza», la más antigua de Roma.
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Jul 21, 2003 00:00