ROMA, 22 julio 2003 (ZENIT.org).- El padre Francis Kohn, responsable de la sección de jóvenes del Pontificio Consejo para los Laicos, ha subrayado la importancia de un encuentro como la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de 2005 en Colonia para redescubrir los valores cristianos en una Europa en continua transformación.
Así se expresó al intervenir en el Simposio internacional «Universidad e Iglesia en Europa», celebrado en Roma del 17 al 20 de julio pasado.
«La JMJ es una cita muy importante que el Santo Padre convoca cada dos o tres años para invitar a los jóvenes a orar y a dar testimonio junto a él –explicó al portal www.korazym.org–. Se trata de un acontecimiento relevante no sólo para la Iglesia, sino para toda la sociedad».
Representa también una oportunidad para los jóvenes de «descubrir una Iglesia viva, joven, que reza y que les alienta en la vida diaria, en la universidad y en el trabajo, a ser cristianos y testigos de su fe», añadió.
Además, la preparación de la JMJ es un itinerario espiritual que se recorrerá hasta el 2005 según el tema indicado por el Santo Padre: «Hemos venido a adorarle» (Mt 2, 2).
«Las JMJ responden a las esperanzas de los jóvenes y marcan el inicio de una nueva cultura abierta a la trascendencia, a la universalidad de la Iglesia del mundo, a la globalización, que pide a los jóvenes empeñarse con valor en ir a contracorriente en la sociedad que ya no es cristiana en su globalidad», afirmó el padre Kohn.
«Colonia será una ocasión para celebrar un “festival de la Fe”», declaró por su parte el padre Georg Austen, secretario del comité organizador de la JMJ 2005.
El encuentro ofrece una atmósfera de amistad y la oportunidad de «debatir cuestiones relativas a nuestra vida diaria, las esperanzas para el futuro y las respuestas cristianas en las realidades de cada país, tratando acerca de lo que es posible hacer juntos, como unidad de la Iglesia», recalcó.
«Confiamos en ofrecer una cálida acogida. Esperamos con los brazos abiertos a todos los jóvenes que quieran participar. ¡Hay sitio para todos! ¡Bienvenidos a Alemania!», concluyó.
