Según la reconstrucción de los hechos ofrecida por la policía, el padre Taddeo Gabrieli regresaba en automóvil al convento a las 21.30 cuando se detuvo al ver que se había caído en la carretera un hombre en bicicleta, claramente borracho.
El religioso se detuvo para ayudarle, pero el hombre, por motivos que aún quedan por aclarar, le atacó con dos cuchilladas. El padre Taddeo recorrió cien metros dirigiéndose hacia su convento hasta que murió desangrado.
Misionero durante los años cincuenta en Eritrea, el padre Taddeo llegó a Brasil en 1961 a la pobre ciudad de Imperatriz, en el Estado de Maranhao.
Trabajaba en la asistencia espiritual y el desarrollo humano integral de los campesinos. Dedicaba también buena parte de sus energías rescatar de la droga a jóvenes. Había comunicado a sus familiares el deseo de ser sepultado en Brasil.