Así lo afirmó un diario vietnamita al informar que el 16 de julio pasado, el juez Tran Cong Quyen había reducido cinco años la condena, anteriormente establecida en 15 años de prisión y 5 de arresto domiciliario.
Según observadores internacionales –añade Misna–, la clemencia frente al padre Ly, que ha sufrido en otras ocasiones la represión del gobierno por su constante lucha por la defensa de la libertad de religión, podría tener el objetivo de mejorar la imagen de Vietnam, en el centro de críticas internacionales por abusos contra los derechos civiles.
En defensa del religioso se movilizó en el 2002 la Comisión Europea y la organización Amnistía Internacional incluyó al sacerdote en su lista de «prisioneros de conciencia».
En el comportamiento más conciliador de Hanoi puede haber influido también la decisión de Washington –tomada a principios de julio– de poner en marcha un acuerdo con un tipo de «cláusula social» que vincula ayudas económicas a Vietnam –no de tipo humanitario– al respeto de los derechos humanos.
La decisión fue acogida con irritación en el gobierno de Hanoi, dirigido por un partido comunista único, quien acusó a los Estados Unidos de intentar entrometerse en la política interna del país.
Acusado de minar la unidad nacional y de haber violado las normas de la libertad religiosa, el padre Ly podría ser el segundo religioso en haberse beneficiado recientemente por la clemencia de la magistratura vietnamita.
En efecto, a finales de junio fue liberado con dos meses de antelación el monje budista Thich Quang Do, bajo arresto domiciliario desde el 2001.
