Uniones homosexuales, «un problema de ética política, no de ética personal»

El comentarista del texto vaticano explica a Zenit la novedad del documento

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CIUDAD DEL VATICANO, 31 julio 2003 (ZENIT.org).- ¿Cuál es la novedad del documento que publica este jueves la Santa Sede sobre el reconocimiento legal de uniones homosexuales?

«Toca un aspecto nuevo, que es el de la ética política; no se ocupa de la ética personal, analizada anteriormente en otros documentos», explica en declaraciones concedidas a Zenit monseñor Ángel Rodríguez Luño, a quien la Santa Sede ha asignado el comentario del texto presentado a la prensa. No se trata de ningún tipo de discriminación, aclara.

El documento «Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales», aclara Rodríguez Luño, «quiere mostrar que hay razones comprensibles, racionales, biológicas, sociales y jurídicas, en las cuales se apoya la enseñanza de la Iglesia para oponerse a la equiparación de las uniones homosexuales con el matrimonio».

El filosofo, hoy profesor de moral, aclara que el hecho de que se publique ahora «es porque, cuando se quiere legislar al respecto, el tema ya no es personal sino político».

El profesor Rodríguez, docente de moral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz de Roma, constata que «con la equiparación de las uniones homosexuales al matrimonio el problema es que el matrimonio quedaría redefinido, cambiado».

«No se trata en ningún caso de discriminación a las personas homosexuales –advierte– sino de garantizar la justa actuación del Estado en este campo concreto».

«El tono del documento, en línea con la «Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política» (enero de 2003) es de aclaración y explicación: se han ofrecido las razones de manera clara para que se entienda que son comprensibles y razonadas», añade el sacerdote.

«Iluminar el problema ético-pólitico que las uniones homosexuales plantean a legisladores y gobernantes en distintas partes del mundo» es, por tanto, el objetivo del texto, dirigido tanto a católicos como a no católicos, afirma.

En la nota de monseñor Rodríguez Luño, publicada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede al distribuir el documento, recuerda que «todas las grandes culturas del mundo han dado al matrimonio y a la familia un reconocimiento institucional especifico».

Para este consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, «el relieve publico del matrimonio no se funda en el hecho de ser una forma cualquiera institucionalizada de amistad o de comunicación humana, sino en su condición de estado de vida estable que desarrolla una función esencial y multiforme a favor del bien común: orden de las generaciones, supervivencia de la sociedad, educación y socialización de los hijos».

Desde esta perspectiva, «la pretendida equiparación o asimilación entre las uniones homosexuales y el matrimonio es manifiestamente infundada», concluye este experto en moral.

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ZENIT Staff

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