«Quisiera recordar, junto a vosotros, a nuestro querido hermano Costantino Marchionni, fallecido el pasado lunes mientras trabajaba», dijo el Santo Padre antes de despedirse de los presentes.
«Elevamos al Señor nuestra oración por él y por quienes le lloran, así como por todas las víctimas de los accidentes laborales. "Requiem aeternam dona eis, Domine!"», concluyó.
Nada más ser informado del accidente en la residencia pontificia de Castel Gandolfo, Juan Pablo II se recogió en oración para rezar por el obrero, que cayó del andamio móvil en el que trabajaba junto a otro albañil, desde una altura de 3,5 metros. El otro obrero tan sólo sufrió ligeras contusiones.
Juan Pablo II ha deplorado en varias ocasiones los accidentes laborales en discursos dirigidos a los trabajadores o a los empresarios.
La vida de Karol Wojtyla quedó profundamente marcada cuando en sus años de juventud falleció uno de sus colegas en una cantera de piedra, en plena segunda guerra mundial.
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Sep 03, 2003 00:00