MADRID, 16 septiembre 2003 (ZENIT.org).- «En la vieja Europa existe una crisis enorme, real y profunda de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, y por eso es importante que las iglesias jóvenes tomen el relevo misionero», reconoció este martes monseñor Carlos Amigo, arzobispo de Sevilla.
El prelado bético presentó en Madrid durante una rueda de prensa el Congreso Nacional de Misiones que comienza este jueves y que se prolongará hasta el domingo en Burgos, y del que él es presidente.
Para monseñor Amigo, el congreso es necesario para hacer «una reflexión profunda, seria y teológica sobre las misiones», ya que la Iglesia necesita redescubrir «cuál es su función en el Tercer Mundo».
El prelado sevillano insistió en la importancia de que las iglesias que han recibido misioneros europeos durante los últimos siglos «sean ahora las que evangelicen, porque será un signo de que han alcanzado la madurez».
Sin embargo, constató que, en ocasiones, Europa es reacia a recibir sacerdotes y religiosas del Tercer Mundo.
«Los europeos debemos de apearnos de creer que tenemos toda la sabiduría y la experiencia, y nos hace falta mucha más humildad», aseguró.
«A nosotros nos parece bien que una chica joven se vaya de misionera al Tercer Mundo, pero no acabamos de aceptar que una monja africana venga a España. Tenemos que aprender a acoger y a adaptarnos a las nuevas circunstancias», añadió.
Sobre el hecho de que haya cada vez más laicos misioneros, monseñor Amigo subrayó que «no debemos hacer distinciones entre seglares y sacerdotes o religiosas, porque todos ellos son misioneros», pero que no hay que ver a los laicos «como los suplentes de los sacerdotes, porque éstos son irremplazables».
Sobre la elevada media de edad de los 20.000 misioneros españoles (seis de cada diez rebasan los 63 años), monseñor Amigo apuntó que «antes, una persona de 65 años estaba achacosa, pero ahora puede desempeñar una labor admirable. Un misionero mayor, además, posee una autoridad moral y una experiencia muy grande».
Por último, monseñor Amigo hizo referencia a su propia experiencia como misionero, y aseguró que, en la actualidad, «no hay afán proselitista, pero tampoco claudicación de los propios valores».
Anastasio Gil, subdirector de las Obras Misionales Pontificias, reveló durante la rueda de prensa que al congreso acudirán 35 obispos y que esperan contar con 760 participantes.
