CIUDAD DEL VATICANO, 22 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que la contribución más importante que deben ofrecer los cristianos a la construcción de la nueva Europa es la de ser fieles a Cristo.
«¡Europa!», exclamó el Papa este lunes al repasar junto a los colaboradores de la Curia romana algunos de los acontecimientos más importantes del año 2003.
«No puedo dejar de constatar que el continente europeo ha vivido este año y sigue viviendo una fase crucial de su historia, mientras amplía las fronteras a otros pueblos y naciones», explicó.
«Es importante que Europa, enriquecida a través de los siglos por el tesoro de la fe cristiana, confirme estos orígenes y revivifique estas raíces», añadió repitiendo una reivindicación formulada frecuentemente en los últimos doce meses.
«La contribución más importante que están llamados a dar los cristianos a la construcción de la nueva Europa es ante todo su fidelidad a Cristo y al Evangelio», aseguró.
«Europa tiene necesidad en primer lugar de santos y de testigos», subrayó, al explicar uno de los motivos fundamentales que le han llevado al reconocimiento de numerosos beatos y santos europeos como «modelos dignos de ser imitados».
«Basta recordar a la Madre Teresa de Calcuta –dijo–, imagen del Buen Samaritano, que se convirtió para todos, creyentes y no creyentes, en mensajera de amor y de paz».