ESTAMBUL, 23 diciembre 2003 (ZENIT.org).- Tras los atentados –contra dos sinagogas e intereses británicos-- que hace poco más de un mes ensangrentaron Estambul, la cercanía y el diálogo entre las comunidades religiosas está caracterizando la próxima celebración de la Navidad en Turquía.
«En esta Navidad del 2003 los cristianos advertimos un mayor clima de afecto y cercanía con los judíos y musulmanes que en otros años y de solidaridad entre las distintas comunidades religiosas», explicó el portavoz de la Conferencia Episcopal de Turquía, padre George Marovich, a «Fides».
En su opinión, «es el efecto de los atentados de los meses pasados en Estambul».
Refiriéndose al ambiente que vive estos días Estambul, describió que «la Navidad es un día laboral en el calendario turco, pero es una fiesta respetada por todos los cristianos. Se ven algunas decoraciones navideñas en la ciudad, pero en las familias es una gran fiesta celebrada con oración e iniciativas de solidaridad y caridad».
En efecto, «Cáritas y las distintas Iglesias cristianas preparan ayudas a las familias más pobres para hacer presente el amor de Cristo que viene al mundo».
Por otro lado, «muchos fieles musulmanes, atraídos por los villancicos que ven en las televisiones internacionales, acuden en masa a nuestras celebraciones litúrgicas», reconoció.
Más hacia el este, en la ciudad de Antioquía, en la frontera con Siria, la fiesta de Navidad tiene una fuerte matiz ecuménico.
«La comunidad católica celebrará por la tarde la Vigilia en la “Gruta de San Pedro”, gran excavación en la montaña que domina Antioquía, considerada como la primera iglesia cristiana de la zona. Después participaremos en una celebración en la Iglesia del Patriarcado greco-ortodoxo», explicó el padre Domenico Bertogli, capuchino misionero en esta ciudad.
«El clima no es tenso, no se advierte la amenaza del fundamentalismo –constató--. Las familias pasan la Navidad de forma muy íntima».
«El día de Navidad, ya por tradición, las autoridades civiles de la ciudad vienen a visitarnos y a felicitarnos: un gesto que es signo de las cordiales relaciones que existen», confirmó.
«Además --continúa el religioso-- organizamos un sorteo en colaboración con Cáritas; lo recabado se dará en beneficencia y nuestros trabajadores pastorales se ocupan de ofrecer paquetes de alimentos y vestidos a las familias más pobres, cristianas o no».
Según añade el capuchino, la Navidad en Antioquía es siempre una oportunidad de evangelización: la revista producida por la misión católica tiene una edición especial de Navidad centrada en los relatos del Evangelio sobre el nacimiento de Cristo y las vidas de santos que vivieron en el lugar, como San Ignacio de Antioquía y San Juan Crisóstomo. A la edición impresa se suma otra en CD-Rom muy popular entre los peregrinos.
Antioquía es la ciudad cuna de las primeras comunidades cristianas de las que hablan los Hechos de los Apóstoles. Precisamente aquí es donde los discípulos de Jesús fueron llamado por primera vez «cristianos».
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Dec 23, 2003 00:00