El futuro de Irak exige la ayuda de la comunidad internacional, según el Papa

Pide hacer lo posible para que el terrorismo no tome a la paz como rehén

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CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 12 enero 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II considera que no es el momento de echar la mirada atrás al reciente conflicto vivido en Irak sino de que la comunidad internacional haga todo lo posible para dar un propio porvenir al país.

Así lo explicó el Santo Padre este lunes en el tradicional discurso de inicios de año que dirigió al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede.

«Los numerosos pasos dados por la Santa Sede para evitar el penoso conflicto acaecido en Irak son conocidos», constató.

«Lo que hoy importa –añadió– es que la comunidad internacional ayude a los iraquíes, que se han liberado de un régimen que les oprimía, para que estén en condiciones de retomar las riendas de su país, de consolidar su soberanía, de determinar democráticamente un sistema político y económico conforme a sus aspiraciones y que Irak vuelva a ser un socio creíble en la comunidad internacional».

El obispo de Roma condenó al mismo tiempo «el terrorismo internacional que, al sembrar el miedo, el odio y el fanatismo, deshonra todas las causas a las que pretende servir».

«Toda civilización digna de este nombre supone el rechazo categórico de las relaciones de violencia», aseguró y exhortó: «¡no podemos resignarnos nunca a aceptar pasivamente que la violencia tome a la paz como rehén!».

En esta situación, el pontífice consideró, repitiendo la propuesta que expuso el pasado 1 de enero, Jornada Mundial de la Paz, que «es más urgente que nunca volver a una seguridad colectiva más efectiva que dé a la Organización de las Naciones Unidas el lugar y el papel que le corresponden».

«Hay que aprender más que nunca a sacar las lecciones del pasado lejano y reciente –pidió–. En todo caso, hay una cosa clara: ¡la guerra no resuelve los conflictos entre los pueblos!».

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ZENIT Staff

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