KANPUR, lunes, 8 marzo 2004 (ZENIT.org).- La mayor organización laica cristiana de la India, «All India Catholic Union» (AICU) –representa a los 16 millones de católicos del país--, ha llamado la atención sobre los numerosos casos de violencia contra los cristianos que aún esperan justicia.

Ciertamente, la AICU aplaude la decisión adoptada el viernes pasado por la Corte Suprema india, que ha ordenado proteger a los testigos de los procesos que están en marcha en el Estado de Gujarat.

Dichos procesos se refieren a la violencia perpetrada predominantemente por los hindúes contra los musulmanes en los sangrientos enfrentamientos interreligiosos de la primavera del 2003; estos procesos corrían el riesgo de quedar estancados.

Pero en un comunicado difundido en Kanpur –Estado de Uttar Pradesh— y enviado a la agencia misionera «Misna», la organización católica recuerda también los cientos de casos de abusos y violencia contra los cristianos, sobre todo en las zonas tribales en los Estados de Rajasthan, Madhya Pradesh, Chhattisgarh, Jharkhand, Orissa y Gujarat.

AICU añade que, según datos difundidos por las fuerzas de policía a agencias de prensa internacionales, sólo en el año 2003 se habrían producido más de 600 ataques a las comunidades cristianas.

Las organizaciones católicas denuncian un caso de violencia cada 36 horas, que se manifiesta en agresiones, asaltos a iglesias, quema de Biblias, actos humillantes y denigrantes en convertidos e incluso homicidios.

En la mayor parte de los casos –afirma AICU--, los responsables serían activistas de las principales organizaciones radicales del movimiento nacionalista «Sangh Parivar», o bien los hombres del cuerpo paramilitar «Rashtriya Swayamsevak Sangh», los activistas del ala religiosa y cultural «Vishwa Hindu Parishad», los jóvenes militantes del «Bajarang Dal» y los miembros del «Vanvasi Kalyan Ashram» en Gujarat.

Asimismo, AICU acusa a los movimientos citados y al partido nacionalista hindú «Bharatiya Janata Party» (BJP), líder de la coalición de gobierno en Nueva Delhi, de infundir odio entre comunidades: en particular entre los «dalit» (parias) y los tribales, y entre los tribales miembros de las religiones tradicionales y aquellos convertidos al cristianismo.

La organización cristiana ha solicitado a la Corte Suprema que haga respetar las leyes existentes que protegen a las minorías étnicas y religiosas y censure la campaña de odio alimentada por los grupos extremistas hindúes.

También ha recordado las numerosas discriminaciones en perjuicio de los cristianos que aún existen en la legislación. Ésta –explica AICU-- no permite a las parejas cristianas adoptar niños y no reconoce a los «dalit» convertidos al Cristianismo el derecho de disfrutar de las medidas «positivas» para mejorar su integración social, que sin embargo son reconocidas a los «dalit» hindúes y a aquellos convertidos al Islam y al Budismo.