Así lo propuso durante la Misa en la capital con la que dieron comienzo las celebraciones. «Sería un ejercicio muy interesante y significativo para la paz del país que se detenga todo género de violencia», afirmó el prelado.

«Si llegaran a declarar una tregua durante la Semana Santa --añadió--, podrían seguir haciéndolo durante todo el año, allanando así el camino del diálogo».

Nuevos actos de violencia han conmocionado recientemente a la sociedad colombiana. En la noche del pasado jueves, fue asesinado el periodista y locutor Francisco Rivera Acevedo, jefe de prensa de la alcaldía de Aracataca.

Igual ocurrió el mismo día con el secretario general del Partido Comunista Colombiano (PCC) en el departamento del Norte de Santander, Carlos Bernal. Su asesinato se perpetró en la ciudad fronteriza de Cúcuta, uno de los centros de mayor actividad de los grupos paramilitares.

Con más de 40 millones de habitantes, Colombia se desangrada por un conflicto interno de casi cuatro décadas entre el gobierno y los grupos guerrilleros de inspiración marxista que ha causado más de 300.000 muertos y millones de desplazados, repercutiendo enormemente en la sociedad y en la economía.

En su obra evangelizadora y de negociación en Colombia, la Iglesia católica está pagando un elevado precio de sangre. En los últimos diez años, al menos 57 representantes católicos, entre obispos, sacerdotes, religiosas, y seminaristas, han sido asesinados en el país.

Esta circunstancia no impidió al cardenal Rubiano garantizar nuevamente su compromiso en los procesos de negociación al inaugurar el pasado 3 de febrero la asamblea plenaria de los obispos de Colombia, un país «moralmente enfermo».

«La Iglesia reitera su decisión de seguir apoyando y facilitando con los obispos y la Comisión de Conciliación Nacional, los procesos de negociación política entre el Gobierno y las diferentes organizaciones insurgentes y los grupos al margen de la ley, sin menoscabo del Estado de derecho y de los derechos fundamentales en el contexto de la verdad, la justicia y la reparación», aseguró entonces el purpurado.