Paola Elisabetta Cerioli (1816-1865), viuda y madre de familia, religiosa, fundadora del Instituto de las Hermanas de la Sagrada Familia y de la Congregación de la Familia de Bérgamo «intuyó que los lazos de parentela son sostenidos y cimentados cuando se comparten los valores de la fe y de la cultura cristiana».

«Para difundir estos valores, la nueva santa fundó el Instituto de la Sagrada Familia --recordó el Papa--. Estaba convencida de que los hijos, para crecer con seguridad y fuerza, tienen necesidad de una familia sana y unida, generosa y estable».

«Que Dios ayude a las familia cristianas a acoger y testimoniar en toda circunstancia el amor de Dios misericordioso», deseo el Santo Padre.

La vida de Paola Elisabetta conoció el sufrimiento al perder a sus cuatro hijos --el mayor a los 16 años-- y a su marido. Con 38 años, entró en una profunda crisis existencial que le impulsó a buscar con más profundidad el significado de lo que le había ocurrido.

Se dedicó a atender a los niños abandonados y involucrando en el proyecto a algunas compañeras y compañeros, motivo por el que fundó la congregación de Religiosas de la Sagrada Familia en Comonte de Seriate (Bergamo) y una congregación masculina (la Congregación de la Sagrada Familia). Fundaron casas de acogida y escuelas.