CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 24 mayo 2004 (ZENIT.org).- Juan Pablo II siguió alentando la ampliación de Europa a países como Macedonia y Bulgaria este lunes al encontrarse este lunes con representantes políticos de ambas naciones.

En la fiesta del calendario ortodoxo de los santos Cirilo y Metodio, apóstoles de los pueblos eslavos, el Santo Padre recibió al presidente de la Antigua República Yugoslava de Macedonia, así como al presidente del Parlamento de Bulgaria.

Ante la petición de los dos países que antes gravitaban en la esfera comunista de entrar en la Unión Europea, el Santo Padre transmitió a los representantes de Bulgaria y Macedonia su esperanza de que «sean acogidos en su justa consideración».

En el discurso que dirigió en inglés al presidente macedonio, Branko Crvenkovski, quien ha sustituido a Boris Trajkovski, fallecido en un accidente aéreo el 26 de febrero, el Santo Padre reconoció que «su país ha reafirmado sabiamente su compromiso por seguir el camino de la paz y la reconciliación».

«El diálogo y la búsqueda de armonía os permitirán dedicar todas las energías humanas y espirituales al progreso material y moral de vuestra gente, en un espíritu de fecunda cooperación con vuestros países vecinos», afirmó el Papa.

En la audiencia concedida al presidente del Parlamento de Bulgaria, Oghnjan Gerdjikov, el Santo Padre constató en francés que «desde hace algunos años, vuestro país ha vuelto a descubrir su lugar en el escenario internacional y prosigue su camino de libertad y democracia buscando así consolidar la armonía dentro de la nación».

«Actualmente está comprometida en un esfuerzo paciente por unirse de manera estable a las instituciones de la Unión Europea --afirmó por último--. En este sentido, deseo que Bulgaria pueda realizar sus aspiraciones legítimas, aportando, gracias a las riquezas culturales y espirituales que proceden de sus tradiciones seculares, su propia contribución a la construcción europea».