HONG KONG, lunes, 7 junio 2004 (ZENIT.org).- Hablando a 800 fieles, presentes en el Victoria Park antes de la vigilia en recuerdo de los sucesos de Tiananmen, el obispo de Hong Kong, monseñor Joseph Zen Ze-kiun, ha pedido a los católicos que luchen contra los que han roto el principio «un país, dos sistemas» y amenazan la libertad de expresión.
Cada año, los habitantes de Hong Kong recuerdan en una vigilia la matanza de estudiantes de la Plaza de Tiananmen en Pekín.
Más de 80 mil personas se dieron cita el viernes pasado en el Victoria Park por aquella tragedia, ocurrida el 4 de junio de 1989: los jóvenes, desarmados, se habían concentrado en la plaza de Pekín para pedir democracia, y fueron acribillados por el Ejército chino.
Monseñor Zen advirtió que Hong Kong experimentó «su 4 de junio» este año cuando las esperanzas por una plena democracia, en las elecciones de 2007-2008, fueron bloqueadas por Pekín, según cita «AsiaNews».
En efecto, el pasado mes de abril el Comité permanente del Parlamento chino invocó toda interpretación de la «Basic Law» (una especie de Constitución de Hong Kong –ratificada por Pekín— en vigor desde el fin de la dominación británica) y todo paso hacia una mayor democracia, violando el criterio «un país, dos sistemas» que garantiza a Hong Kong una amplia autonomía.
Así, Pekín ha establecido que cualquier cambio hacia la democracia deberá ser aprobado por el parlamento chino. En Hong Kong al menos el 80% de la población pide elecciones directas del jefe del gobierno y el sufragio universal por elecciones parlamentarias.
«En nuestro “4 de junio” –prosiguió monseñor Zen— no hay derramamiento de sangre ni ametralladoras. Pero con la misma violencia los “guardianes de la Basic Law” han venido a adoctrinarnos sobre el patriotismo y algunos [representantes de Pekín] incluso han gritado que Hong Kong quería declararse independiente».
«El Comité ha decidido por nosotros, antes de que tuviéramos la posibilidad de discutir las cuestiones relacionadas con el sufragio universal del 2007-2008», denunció.
Es la segunda vez que el prelado participa en la vigilia anual en recuerdo del 4 de junio. «Con métodos autoritarios, nuestros jóvenes patriotas fueron masacrados. ¿Cómo no podemos luchar por su defensa? Ciertas personas han violado el principio “un país, dos sistemas”, interpretando de forma unilateral la “Basic Law”. ¿Cómo podemos no levantarnos y decir “no”?», interrogó.
Monseñor Zen subrayó igualmente el valor de la marcha del próximo 1 de julio, aniversario del traspaso de Hong Kong a China. «Marchar reconforta a la gente porque permite expresar los propios sentimientos –constató–. No dar la posibilidad de protestar podría producir aún más caos».
Para el prelado está claro que Hong Kong debe luchar por la libertad y la democracia. De hecho calificó como «culpables» y «colaboradores de culpables» a quien predica una actitud de mayor tolerancia y aquiescencia pacífica.
«No debemos prestarles atención –alertó–. La paz sin justicia es sólo una ilusión».