ROMA, martes, 8 junio 2004 (ZENIT.org).- A partir de ahora el sueño prohibido para muchos canales de televisión de poder contar con un corresponsal en Roma se hace realidad gracias a «RomeReports».
Esta agencia televisiva responde a las necesidades de estas emisoras que piden más información procedente de Roma, tanto sobre la vida de la Iglesia como sobre las intervenciones del Papa y de las autoridades de la Santa Sede en los debates políticos, sociales, económicos, culturales y religiosos.
Para comprender mejor este proyecto y el contexto en el que nace, Zenit ha entrevistado al director de «RomeReports», Yago de la Cierva, profesor en la Facultad de Comunicación Social Institucional de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz en Roma.
–Juan Pablo II es sin duda el personaje comunicativo más asentado (veinticinco años de pontificado lo confirman). ¿Por qué sigue interesando hoy al público en general?
–Yago de la Cierva: Porque es completamente natural: no representa un papel ni dice lo que le gustaría escuchar a su audiencia, sino que habla conforme a lo que piensa. No se muerde la lengua, ni con un párroco rural ni con el presidente de los Estados Unidos. Su actitud contrasta, en un mundo en el que muchos líderes políticos, sociales y hasta religiosos primero hacen una encuesta y luego definen su agenda. El refrán «decir las verdades cuesta las amistades» no se cumple con él, porque habla con una claridad y un compromiso personal desarmantes.
–¿Y a los periodistas y las cámaras de televisión?
–Yago de la Cierva: Por el mismo motivo. La sinceridad del Papa es muy atractiva para los informadores, sobre todo si tienen suficiente experiencia periodística. Además, el Papa no tiene miedo ni rehuye a los periodistas: entiende la importancia de comunicar, y se presta al juego informativo, en la medida de las posibilidades del cargo y de su estado de salud. Sabe escoger el momento adecuado, el símbolo elocuente, el gesto revelador, para expresar gráficamente lo que quiere decir. ¡Ni siquiera se esconde, cuando sus limitaciones físicas son evidentes! Por eso las cámaras «eat him», como dicen en inglés.
–De todos modos, la presencia de Juan Pablo II en la prensa tiene más espacio que en los noticieros de televisión. ¿A qué se debe según usted, este curioso fenómeno?
–Yago de la Cierva: Es un hecho normal: una sola página de diario contiene más noticias en todo un noticiero. Es más, pienso que es más responsabilidad de cómo están estructurados los telediarios que del propio Papa: en estos momentos dedican mucho más espacio a noticias “de usar y tirar”, que a informaciones de mayor relevancia de futuro, y el Papa no es nunca banal.
Por otra parte, la crisis de la publicidad sufrida por los medios en los últimos años han obligado a reducir personal, y quizá el personal más caro sean los corresponsales en el extranjero. Por eso hay tan pocos reporteros televisivos acreditados en Roma.
–Pero no será todo culpa de la televisión…
–Yago de la Cierva: Cierto, muchas televisiones no informan sobre lo que el Papa hace o dice, sencillamente porque no les llegan imágenes e interpretaciones. Hay que tener en cuenta que –salvo durante sus viajes, o en las ceremonias litúrgicas– su trabajo se desarrolla entre cuatro paredes, y no es fácil informar acerca del Vaticano, y menos aún en televisión.
–¿En qué sentido?
–Yago de la Cierva: Pienso que intervienen dos fenómenos. Por una parte, la Santa Sede es una institución muy articulada y compleja, que usa cauces y ritmos poco acordes con las necesidades de los medios de comunicación: como saben bien los vaticanistas, conseguir información valiosa de lo que sucede no es nada fácil. Por otra parte, para informar sobre el Vaticano y, en general, sobre la Iglesia Católica, se requiere mucha preparación: sobre la doctrina y la moral católica, la historia de la Iglesia, el derecho canónico, literatura cristiana… ¡es toda una especialización! Cuando no se cuenta con estas premisas, la información que se transmite no refleja la realidad, aumenta la desconfianza de las fuentes, y se agrava el problema. La pescadilla que se muerde la cola…
¿Por qué televisión?
–Yago de la Cierva: Porque pienso que es actualmente el eslabón más débil en la cadena informativa de la Iglesia. No es difícil seguir la actividad del Papa y de la Santa Sede a través de la prensa escrita, la radio o Internet, gracias a medios como Zenit, que cubren con gran competencia y tempestividad todo lo que sucede en el Vaticano, y en general en la Iglesia. Falta sin embargo información televisiva, quizá porque es un medio más complejo y costoso, pero también más necesario: hoy día, la mayoría del mundo se informa a través de la televisión, y por eso hay que «estar ahí». Tenemos mucho que aprender de otras confesiones religiosas, que dedican abundantes personas y recursos a este medio…
Decía antes que en televisión es más complicado todavía informar sobre el Vaticano, porque si es difícil conseguir que una fuente responda al teléfono o acepte una entrevista por escrito, mucho más aún lo es que acceda a hablar ante la cámara. Pero todo se andará: soy optimista. Donde hay más dificultad hay más necesidad… y oportunidades.
–¿Cuál es entonces la necesidad o vacío que quiere llenar «RomeReports»?
–Yago de la Cierva: Nuestro deseo es proporcionar noticias y reportajes sobre el Papa y el Vaticano a las emisoras de televisión que no tienen un corresponsal en Roma, y que sin embargo desean prestar mayor cobertura informativa que la que reciben de las agencias generalistas; y con una cercanía a la fuente, un conocimiento de la institución y una excelencia profesional que favorezca la comunicación entre la Santa Sede y la opinión pública.
–¿Qué interés tienen esas noticias para las televisiones comerciales?
–Yago de la Cierva: Creo que bastante. El Vaticano representa un punto de referencia indispensable en las cuestiones de actualidad internacional, no sólo en temas estrictamente religiosos, sino en otras cuestiones de amplia repercusión, como la paz y los conflictos armados, la bioética y la investigación científica, la solidaridad y la economía, las políticas familiares, la vida cultural y artística, etc. Nos proponemos ofrecer a esas emisoras información de calidad sobre “el punto de vista de la Iglesia” acerca de los acontecimientos de actualidad, algo que interesa a los mil millones de católicos esparcidos por todo el planeta, y a muchas otras personas que tienen interés en conocer claves que les ayuden a entender su entorno.
–En varios continentes, hemos asistido en estos años al nacimiento de canales de televisión católicos. ¿Qué servicios pueden ofrecerles?
–Yago de la Cierva: Una cobertura informativa de gran intensidad. Es comprensible que las emisoras comerciales deseen sólo algunas noticias de vez en cuando, relacionadas con la actualidad mundial. Pero las emisoras católicas están interesadas en todo lo que sucede en la Santa Sede: ceremonias, noticias sobre causas de beatificación y canonización, documentos, visitas «ad limina» de los obispos del propio país, y un largo etcétera. Y todo esto, con una sensibilidad católica.
–¿Cómo nació la idea?
–Yago de la Cierva: En una reunión internacional de profesionales de la comunicación organizada por la facultad de comunicación de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz –de la que soy profesor–, hace dos años. Pero como se vio enseguida que debería tener una estructura empresarial, los promotores –profesionales con años de experiencia en el medio y en Roma– constituimos una sociedad independiente. La redacción está compuesta por periodistas de siete países, y e
stos momentos producimos noticias, reportajes y documentales en inglés, castellano y portugués.
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