Simposio de profesores universitarios: Europa no hay una política familiar conjunta

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Cuatrocientos docentes analizan el estado de la familia en el viejo continente

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ROMA, domingo, 27 junio 2004 (ZENIT.org).- Un simposio de docentes universitarios europeos, que ha analizado el estado de la familia en Europa, ha manifestado su preocupación por la baja natalidad, por las dificultades para conciliar familia y trabajo, así como por la desintegración de la familia tradicional.

El congreso, organizado por el departamento de Pastoral Universitaria de la diócesis de Roma en colaboración con distintos ministerios italianos y el Consejo Nacional Italiano de Investigación, ha constatado la falta de una política familiar conjunta en la Unión Europea.

La introducción a las sesiones, celebradas en la Universidad Pontificia de Letrán corrió a cargo del cardenal Camillo Ruini, obispo vicario de Roma, mientras que el cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, presidente del Consejo Pontificio para la Familia, presidió la celebración eucarística de clausura.

Al finalizar las sesiones, el moderador Pierpaolo Donati, de la Universidad de Bolonia, consideró que «Europa tiene que preguntarse seriamente qué quiere hacer con la familia». Según este profesor, se trata de hacer una «opción antropológica de la civilización que pide coherencia en decisiones políticas».

Según los ponentes, de hecho, en la Unión Europea, formada ahora por veinticinco miembros, no queda claro ni siquiera qué es lo que se entiende por familia.

Pierpaolo Donati concluyó con el deseo que «Europa reconozca también en su Constitución la necesidad de promover la familia evitando de confundirla y mezclarla con otras formas de vida».

Una primera parte del congreso, cuyos participantes fueron recibidos este viernes por Juan Pablo II (Cf. Zenit, 25 de junio de 2004) estuvo dedicada a estudiar «Experiencias y problemas en Europa».

Entre los análisis presentados, Rafael Navarro-Valls, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, manifestó por ejemplo que en España hay un «oscurecimiento de las líneas básicas del matrimonio» y constató la «tendencia de la legislación a tomar como hipótesis la de la pareja en crisis, inestable e incompleta».

A pesar de los problemas, también apuntó a los aspectos positivos de la más reciente legislación española entorno al matrimonio y la familia: «La igualdad de derechos del varón y la mujer en el seno del matrimonio y la familia», por ejemplo. También impulsó las leyes que regulan las relaciones de nietos con abuelos o la necesidad de leyes reguladoras de la protección de las víctimas de la violencia doméstica.

El profesor J.M.A.M. Janssens, de la Universidad Católica de Nimega, en los Países Bajos, constató que en su país la familia ya no se define sólo como «una pareja casada heterosexual con uno o más hijos que viven en una sola casa», sino como «una comunidad de al menos un adulto que se ocupa de al menos un hijo».

La profesora Alicja Grzekowiak, docente en la Universidad Católica de Lublín (Polonia), recordó que «la familia en los países de Europa Central y del Este fue destruida durante el comunismo y el estado se apropiaba de sus funciones». Des de la caída del comunismo, el problema es que «las condiciones de vida cada vez peores han contribuido a desintegrar la familia».

«En Polonia nacen siempre menos hijos», constató Grzekowiak, y reveló que en su país «el número de abortos no es alto, pues el aborto no está permitido por motivos personales o sociales».

Haciendo una balance de la situación global de la familia en Europa, la profesora Janne Haalan Matlary, de la Universidad de Oslo (Noruega), reconoció que «existen muchas políticas familiares a nivel nacional, pero falta una auténtica política europea».

«Resulta difícil unificar las diferentes líneas programáticas, pues entre los diferentes países de la Unión se da un desacuerdo en numerosos puntos, el primero de todos la cuestión de la heterosexualidad», aclaró haciendo un análisis a los micrófonos de «Radio Vaticano».

«Esto constituye un problema serio y por tanto, es necesario establecer qué se entiende por familia», concluye la profesora.

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ZENIT Staff

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