Chiara Lubich «revela» al primado de la Comunión anglicana la clave del diálogo interreligioso

El arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, recibe a la fundadora de los Focolares

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LONDRES, martes, 29 junio 2004 (ZENIT.org).- La «figura de Jesús abandonado es el modelo» para comprender y llevar a cabo el diálogo interreligioso, reconoció la fundadora del movimiento de los Focolares, Chiara Lubich, en el encuentro que mantuvo el pasado 15 de junio en Londres con el Primado de la Comunión anglicana, el arzobispo de Canterbury Rowan Williams.

Tres días después, en la capital británica, de la mano de los Focolares y con la participación de su fundadora, un encuentro –bajo el lema «Imagina un mundo… enriquecido por la diversidad»– con más de 2.000 personas, entre ellas exponentes cristianos, musulmanes, budistas y sijs, evidenció el compromiso común de cristianos de diversas Iglesias y comunidades eclesiales, así como seguidores de varias religiones, en la construcción de un mundo de paz y unidad en la fraternidad.

Lubich, justamente en Londres –con ocasión del Premio Templeton para el Progreso de la Religión— en 1977 dio un impulso decisivo al diálogo interreligioso, en el que ahora está comprometido el movimiento de los Focolares en los cinco continentes.

En su reciente viaje a Inglaterra, la primera cita de Chiara Lubich en Londres ha sido la audiencia que le concedió en Lambeth Palace el arzobispo de Canterbury.
<br> «El arzobispo Williams estaba particularmente interesado por nuestra experiencia de diálogo interreligioso. Me ha preguntado cuál era nuestro secreto», explicó Lubich en una rueda de prensa posterior.

«Me he remitido a la “Novo Millennio Ineunte”, donde el Papa profundiza en el misterio de Jesús que en la cruz grita: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?” –relató–. Jesús, después de perder a la madre, a los discípulos y su propia vida, perdió incluso el sentido de la unidad con el Padre, que era todo para Él. Jesús se redujo a nada».

«Es éste un punto de nuestra espiritualidad de comunión que nos enseña, ante personas de otras religiones, a ser “nada”, “nada de amor” para “entrar” en ellos, porque –como se ha dicho– hay que “saber entrar en la piel del otro hasta entender qué significa para ellos ser budistas, musulmanes, hindúes. Pero no se puede entrar en el otro si no se es nada. Entonces la figura de Jesús abandonado es el modelo”», aclaró Chiara Lubich.

En su encuentro con el arzobispo Williams, también hablaron de otros temas: «del movimiento ecuménico, del compromiso que hemos asumido –junto a muchos otros movimientos católicos, anglicanos, evangélicos y ortodoxos— para contribuir a realizar el sueño del Papa, la Europa del Espíritu; de la teología que se está dibujando a la luz de la espiritualidad de la unidad», enumeró Chiara Lubich, según recoge una nota difundida el lunes por el movimiento.

La labor ecuménica del movimiento de los Focolares con la Iglesia anglicana se remonta a 1965, cuando algunos ministros anglicanos participaron en un encuentro en Grottaferrata (Roma) entre católicos y evangélico-luteranos.

En Londres, en 1966, en Lambeth Palace, el entonces primado de la Iglesia de Inglaterra, el arzobispo Michael Ramsey, en un encuentro con Chiara Lubich le dijo: «Veo la mano de Dios en esta Obra», y la alentó a difundir la espiritualidad del Movimiento en la Iglesia de Inglaterra. Sus sucesores –Coggan, Runcie y Carey— igualmente recibieron a Lubich.

En Gran Bretaña, el movimiento de los Focolares se ha desarrollado no sólo entre católicos, sino también entre anglicanos, presbiterianos, metodistas, baptistas. La unidad, núcleo de la espiritualidad de los Focolares, es de especial interés para los anglicanos.

Callan Slipper, ministro de la Iglesia anglicana, focolarino, que estuvo presente en la audiencia del pasado 15 de junio, reconoció que le había impresionado «la “calidad” de la relación entre Chiara y el arzobispo» de Canterbury.

«El arzobispo tenía una actitud de profunda apertura –describió–, la inteligencia de quien sabe escuchar y apreciar. Esta actitud se veía desde el primer momento, cuando, después de que Chiara nombró a los diferentes Primados de la Iglesia de Inglaterra que había conocido, dijo bromeando: “¡Entonces usted conoce la Iglesia de Inglaterra mejor que yo!”».

Más información en www.focolare.org.

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ZENIT Staff

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